Pocas certezas para fin de año

Río Negro vive una sucesión de pasos virtuales. El STJ fuerza un cambio procesal que los suyos no acompañan. Educación insiste en la reforma secundaria que el gremio resiste. El presupuesto en debate es igual de ficticio. No prevé pauta salarial y, otra vez, esa proyección nada anticipara lo que ocurrirá.

El Poder Judicial -que el viernes dispuso asueto y amplió más el fin de semana- no se muestra urgido por las tareas pendientes para aplicar el nuevo Código en marzo. El STJ milita por ese plazo mientras los fiscales y defensores lo impugnan, entendiendo que restan modificaciones estructurales. Esa repulsa no es menor, proviene de quién deben liderar la transformación.

La presidenta del STJ, Liliana Piccinini trabajó incansablemente y esa faena solitaria generó un problema: no existió debate del mecanismo propuesto en el proyecto de Ley Orgánica. Los jueces salieron a buscar copias para anoticiarse.

Pasaron de las tardías consultas a las marcadas objeciones. Esa ronda habría sido planteada por el gobernador Alberto Weretilneck cuando se reunió con los vocales del STJ (no asistió Adriana Zaratiegui, de viaje en Europa). El tiempo apremia, faltan leyes y persiste la pugna con la Procuradora, Silvia Baquero. Pero, el mandatario cerró una puerta cuando aclaró a los jueces superiores que él no laudaría en ese conflicto.

El problema es judicial. El juez Sergio Barotto acercó una opción: un aplazamiento de seis meses. Piccinini no aceptó y todo sigue, puntualmente en el plano retórico. Existieron llamados a jueces y funcionarios. Sólo eso explica que algunos hablaran y dieran opiniones diferentes a las volcadas antes.

La Legislatura podrá sesionar en la segunda quincena de diciembre por las normativas que faltan, y concluiría el marco jurídico. El presupuesto quedará aprobado el miércoles. Vale mirar el armado del STJ para advertir otra contradicción. Su asignación -que ya tiene un recorte del Ejecutivo- mantiene el histórico reparto interno, con solamente el 27% al ministerio público, incluso un punto menos que el del 2016. Raro -cuanto menos- ya que labores y personal pasarán de los juzgados a los fiscales y defensores, si se cumple la reorganización procesal.

El contrapunto también se advierte en la Reforma Secundaria. UnTER está ocupada en frustrar su aplicación en el 2017. La definición surgirá cuando irrumpa una complicación superior: la próxima discusión salarial.

El presente exhibe otro desvelo financiero. Nación no autorizó todavía la colocación de las 590 millones de Letras. Esa demora impactará en el esquema salarial. Se prevé iniciar noviembre entre lunes 5 y martes 6 para trabajar después en los aguinaldos con las Fiestas. La dificultad aparecerá con los haberes de diciembre, cuyo pago se arrimará a la mitad de enero.

Esa vacilación es extensiva a la política. El gobernador deposita su futuro en la elección del año próximo. No resolvió su candidato a Diputados, a pesar que Alejandro Palmieri se entusiasmó con esa plaza. Mantiene también a Luis Di Giacomo y piensa -con los últimos sondeos- en Pedro Pesatti. “Prefiero concluir este mandato, pero iría si Alberto me lo pide”, responde el vice.

Hay una mirada distinta. “El poder exige certeza, hoy no está, entonces hay que ir ya por la reforma constitucional” para habilitar otro mandato, lanzó Ricardo Arroyo a Weretilneck en la Residencia. Fueron testigos Pesatti, Facundo López, Roxana Fernández, Bruno Pugliano (intendente de El Bolsón) y Sebastián Caldiero (secretario de Energía). El mandatario respondió que eso quedará para después de las elecciones. Los presentes miraron la reacción de Pesatti, que coincidió con Arroyo y redobló con un plan directo: la enmienda. Esa idea no se profundizó porque el gobernador se aferra a sus estrategias y tiempos.

La incertidumbre llega a la reforma procesal y educativa, y al cuadro financiero. Pocas de certezas para iniciar un año.

Las proclamadas reformas procesales y educativas tienen resistencias de sus propios ejecutores. Esos rechazos ponen en duda su efectiva implementación.

Weretilneck postergó la revisión constitucional para después de la elección nacional, generando vacilaciones en el oficialismo con la conservación del poder.