Integrar las motos al tránsito

editorial

Diferentes incidentes de tránsito en los últimos días, algunos con víctimas fatales, volvieron a poner en discusión el creciente rol que tienen las motocicletas en el tránsito diario de nuestras ciudades y los problemas que han tenido los diferentes niveles del Estado para regularlas.

El parque de motos ha crecido de forma exponencial en nuestro país, especialmente desde 2007, cuando superó por primera vez a la venta de automóviles y desde entonces se ha mantenido en niveles crecientes. Se estima que desde 2012 entre el 40 y 50% de las víctimas de siniestros viales fueron motociclistas, con un nivel de mortalidad apenas superior a los peatones, el eslabón más débil de la cadena del tránsito. En Neuquén, los datos estadísticos oficiales indican que desde 2007 casi la mitad de los incidentes de tránsito son generados por motos. Y en las guardias de los hospitales de la región hay consenso en que las lesiones por accidentes en la vía pública más graves provienen de este tipo de vehículos, que explican casi la mitad de la salidas de las ambulancias. Politraumatismos, fracturas severas y lesiones de cráneo producto de la falta de uso de casco son las más habituales.

Aunque estos preocupantes índices puedan atribuirse al crecimiento de la venta de este tipo de vehículos -facilitado por los bajos montos y la amplia financiación y su utilidad para lidiar con la congestión vehicular- existe una importante cuota de irresponsabilidad y falta de apego a las leyes de tránsito, tanto de sus conductores como los de vehículos mayores. Según el Centro de Experimentación de Seguridad Vial (Cesvi) el 90% de las muertes en accidentes protagonizados por motos y ciclomotores se debió a transgresiones a elementales normas de circulación.

La ONG Luchemos por la Vida relevó en 2013 las principales faltas cometidas por los motociclistas en ciudad y provincia de Buenos Aires: el 28% no respeta el semáforo en rojo, el 27% no aminora la velocidad en las esquinas, el 76% no señaliza maniobras de giro y el 71% no cede el paso en las sendas peatonales. En nuestra región se pueden agregar faltas relacionadas a la circulación (no respetar el sentido de las calles), a la disposición para circular (es habitual que excedan los dos ocupantes por vehículo y la falta de medios de señalización como luces y reflectantes) y a la seguridad básica (el uso de casco).

Esta compleja situación ha hecho que desde municipios y provincias se tomaran una serie de medidas adicionales de control, que a la vista de los resultados que se mantienen constantes año tras año, no han resultado suficientes. En este sentido los gobiernos porteño, de Córdoba y Rosario, con la mayor concentración nacional de este tipo de vehículos, han elaborado planes seguridad vial específicos para este sector, que contemplan medidas adicionales a las tradicionales y que podrían ser tenidas en cuenta en nuestra zona.

En infraestructura, la creación de un área exclusiva de frenado de motos en las calles con semáforos, detrás de la senda peatonal, para hacerlas más visibles y generar una salida “más limpia” de las motos y ordenando mejor el tránsito. También se han creado estacionamientos exclusivos para motos, se relocalizaron contenedores y se realizó un mayor control de los vehículos que estacionan en doble fila o descargan mercadería en comercios, que a menudo obstruyen los carriles que utilizan los rodados menores. En materia de formación y educación vial, hay mayor exigencia en las pruebas al otorgar carnet (la mayoría de los conductores de moto comienza a usarlas sin tener nociones básicas de las normas de tránsito) incorporar charlas obligatorias sobre convivencia con motos y bicicletas en los exámenes para conducir de vehículos mayores y la prohibición de llevar acompañante en los primeros seis meses de obtenida la licencia de motos. Y mayor cantidad de operativos de control en el uso de casco no sólo en conductores sino en acompañantes , en el control de espejos, luces y elementos reflectivos y mayor rigurosidad en la penalización de maniobras riesgosas (velocidad, sentido, cantidad de pasajeros), entre otros.

Sólo algunas medidas para intentar evitar las 2.500 vidas, la gran mayoría jóvenes, que en 2015 se cobraron en el país los accidentes en motos.


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