Proyectos que atrasan

En plena campaña para las primarias de agosto, esta semana se dieron a conocer tres proyectos legislativos que no dejan bien parado al oficialismo, ya que parecieran ser más apropiados para un parlamento de principios del siglo pasado que para la época actual.

Se trata de tres iniciativas defendidas por la bancada oficialista, aunque sus autores difieren. El primero de ellos es una iniciativa del Ejecutivo sobre Libertad Religiosa. El segundo es de autoría de la diputada por Buenos Aires Paula Urroz, de Cambiemos, que presentó una iniciativa que eliminaría la obligatoriedad de la vacunación a menores de edad. Finalmente otra iniciativa de la misma legisladora pretende incorporar al plan Médico Obligatorio a las medicinas homeopáticas, aun cuando todavía no existe evidencia científica sólida sobre sus beneficios para la salud.

El proyecto que quizás más preocupación generó fue el Libertad Religiosa, ya que se trata de una ley propuesta por el presidente Mauricio Macri que contaría con el aval del bloque y tendría apoyo de importantes agrupaciones religiosas. El problema con el texto de la ley no tiene que ver con la extensión de las garantías que tiene actualmente sólo el culto católico con otras denominaciones evangélicas, judías, musulmanas o de otro tipo, sino con algunos artículos que a juicio de varios expertos implicarán un retroceso en la tradición laica de la legislación argentina, que establece una clara separación entre creencias religiosas y Estado.

Especial preocupación generó el artículo 7 del mencionado proyecto, que proclama de manera específica el derecho a la objeción de conciencia de personas o instituciones. “Toda persona tiene derecho a invocar un deber religioso relevante o una convicción o moral substancial para negarse a cumplir una obligación jurídica”, incluyendo a los funcionarios públicos, pasando así de ser una excepción personalísima y puntual (como negarse a empuñar las armas para ir a una guerra) a casi una regla general.

Además de las críticas locales, el texto despertó la preocupación de organismos internacionales como Amnistía. La reconocida organización destacó que el proyecto, con el objetivo de defender la libertad de pensamiento, conciencia y religión podría promover la violación de otros importantes derechos fundamentales, como la educación, la sexualidad o la salud. Bajo este esquema funcionarios y organismos podrían negarse a impartir clases sobre la teoría de la evolución, oponerse a una educación sexual integral, rechazar celebrar matrimonios igualitarios, brindar anticonceptivos o interferir la práctica de abortos legales.

La organización sostiene que “lejos de fortalecer un Estado laico que otorgue libertades a los individuos” tiende hacia un “Estado pluriconfesional” con fuerte injerencia de las religiones sobre los derechos de las personas y lo público.

En el caso del proyecto sobre vacunación, el principal artículo objetado es el 1, que bajo la fórmula de “recibir de forma fehaciente información” acerca de los riesgos que la inoculación de la vacuna implicaría posibilita “la aceptación o no de este acto médico”. Es decir, deja a criterio de “conciencia” el aceptarlo o no. Al respecto, la Sociedad Argentina de Infectología alertó que, de aplicarse, la iniciativa sería un retroceso en el “hito sanitario más importante que luego de la potabilización del agua más vidas ha salvado en la historia de la humanidad”. Y que cada niño no vacunado implica no sólo un riego personal sino social, ya que debilita el mecanismo de inmunidad general de la población y la expone a la emergencia de enfermedades casi erradicadas como la viruela, la poliomielitis, el sarampión o la rubeola. De hecho, en España y EE. UU., donde han avanzado tendencias “antivacunación”, se han registrado preocupantes aumentos de estas enfermedades.

Debería el oficialismo replantearse estas iniciativas que, basadas en dudosos igualitarismos, teorías conspirativas y creencias pseudocientíficas, pueden significar el retroceso de la sociedad argentina a debates y problemas que parecían haberse resuelto hace ya más de un siglo.