El ladrillo sigue vigente en el jardín y de tu propia mano

Cuando de construcciones pequeñas se trata, podés ser diseñador e, incluso, albañil. Aun si el resultado no fuera perfecto, saber que lo hiciste vos mismo tiene ese gustito a labor cumplida y orgullo inigualable. ¿Te animás?

Versátil y tan antiguo como la civilización, el ladrillo es siempre una opción a la hora de decorar nuestro jardín y reunir a la familia alrededor del fuego.

Y si hablamos de proyectos constructivos pequeños y de bajo presupuesto, con la ayuda de internet podemos encararlos con nuestras manos siguiendo tutoriales, aun cuando sepamos muy poco del tema a tratar.

Hay gran variedad de proyectos sencillos y al alcance de la mano en los que paciencia, dedicación y gusto por el detalle harán la diferencia. Una parrillera, un fogón, canteros, caminos y mucho más. Pero, ¿cuántos ladrillos usar?, ¿cuánto cemento comprar?, ¿cómo preparar el mortero?

Hoy juntamos toda la información que necesitás para poder ser vos mismo el ingeniero de tu construcción. ¡Manos a la obra!

Los ladrillos

El montaje de los ladrillos dependerá del grosor de lo que quieras hacer y de la estética que prefieras. Por ejemplo, para un muro más grueso podés colocar dos ladrillos lado con lado, planos, a lo largo, después un ladrillo a lo ancho y así sucesivamente (el ancho es igual a la mitad del largo). Y seguís de la misma manera para la hilada superior. También podés colocar una hilera doble de ladrillos a lo largo y después una hilada de ladrillos a lo ancho. Si vas a hacerlo más fino, tené en cuenta que en cada hilera vayan intercalados ladrillos y juntas, eso le va a dar mayor resistencia, sobre todo si sos primerizo en estas cuestiones.

Los ladrillos deben estar limpios y en buen estado. Antes de colocarlos, sumergilos en agua para que se empapen, ya que secos absorben la humedad del mortero y eso puede hacer frágil la construcción.

La mezcla

El mortero es el adhesivo para ladrillos elaborado con cal, cemento, arena y agua. Esta mezcla se realiza de pequeñas cantidades y se utiliza en poco tiempo. Cuando el clima es muy seco o caluroso, es conveniente humedecerlo al menos una vez al día, una vez colocado, para evitar que se resquebraje mientras fragua.

La correcta preparación y manejo de la mezcla es la clave del éxito del montaje. Se deben respetar las recetas recomendadas, ya que una mezcla con demasiada agua disminuye la resistencia y si tiene demasiado cemento puede sufrir fisuras durante el fraguado.

La colocación

Comenzá siempre por un extremo. Aplicás una capa de mortero con una cuchara de albañil y colocás encima el ladrillo. Es importante que la mezcla sea suficiente como para sobrar un poco en cada lado. Para asegurarte de que tenga la cantidad necesaria, podés poner un poco de mortero en la punta del ladrillo antes de colocarlo.

También hay que vigilar que los ladrillos queden alineados. Si alguno sobresale, le das unos golpecitos con el mango de la cuchara para hacerlo bajar y, si está muy bajo, lo sacás y agregás más mezcla. Una vez montadas algunas hileras, podés verificar la verticalidad con ayuda de una plomada.

El espesor normal de las juntas es de un centímetro aproximadamente y es esencial que sean regulares para que el muro tenga un buen aspecto. Si te quedan irregulares, llená con mezcla y limpiá enseguida los restos con una esponja, para que quede parejo y no se ensucien los ladrillos.

Un camino en el jardín da vía libre a tu imaginación. Primero tenés que decidir por dónde irá y el dibujo que los ladrillos van a formar.

Una vez delimitado el espacio, levantá unos centímetros de tierra, poné ripio y apisoná. Colocá los ladrillos según el diseño elegido (podés fijarlos con mortero, es opcional) y, en las juntas, podés poner mortero, grava o pasar arena polimérica con un escobillón y mojar.

Simple, funcional y con poco esfuerzo. Si tenés una huerta, podés usar ladrillos para delimitar las zonas de cultivo. Pueden ir sobre la tierra o con una base de piedra y mortero, para que queden más firmes. Aparte de estético este trabajo es muy práctico, pues tendrás una zona de paso entre tus vegetales sin riesgo de pisarlos.

Rápido, económico y diversión asegurada. No necesitás ser constructor profesional para tener un fogón en el patio de tu casa. Cavás un pozo circular de unos 5 cm y lo llenás con ripio. Luego marcás la circunferencia con mortero y colocás la primera fila de ladrillos. Y seguís mortero y ladrillo hasta completar la altura que desees. Aquí tiene sólo tres hileras. Alrededor de la estructura, enterrás unos ladrillos con más piedra en las juntas para que queden en su lugar y ¡voilá! Leña para disfrutar del fuego o un asador y será el rincón más concurrido de la casa.

Cómo calcular
la cantidad de ladrillos

En reglas generales, se usan 48 ladrillos por metro cuadrado de muro. Este cálculo está realizado sobre la base de ladrillones cocidos estándares, que miden 27 cm de largo, 13 cm de ancho y 5,5 cm de espesor, y con un promedio de mortero de 2 a 3 cm.

Así, el cálculo básico será base x altura del muro que queremos levantar para conocer su superficie cuadrada.

Por ejemplo, si vas a construir un cantero elevado a 50 cm de altura y con 80 cm de lado, hacés el cálculo por uno de los lados y lo multiplicás por 4.

A modo de guía: base x altura x 48 ladrillos que tiene el metro x 4 lados = 0,80 x 0,5 x 48 x 4 = 76,8 ladrillos. Así sabrás cuántos ladrillos comprar.

La receta del mortero

Para hacer la mezcla la receta básica es: 1 parte de cal, 1/8 parte de cemento, 3 partes de arena y la cantidad necesaria de agua para lograr una consistencia pastosa y más firme que fluida.

Por cada m² de muro se calculan: 3 kg de cal, 0,78 kg de cemento Portland y 0,015 m³ de arena.

Usemos el mismo ejemplo del cantero. Base x altura x 4 lados nos da 1,6 m² de superficie total. Ahora sólo resta multiplicar la superficie obtenida por el material que lleva el metro cuadrado. Así queda que: cal, 3 kg x 1,6 m² = 4,8 kg; cemento Portland, 0,78 kg x 1,6 m² = 1,248 kg, y arena, 0,015 m³ x 1,6 m² = 0,024 m³.

Con estos cálculos simples ya podés saber la cantidad de materiales necesarios para encarar tu proyecto.

Los precios

Una parrillera
a tu medida

La parrilla es mucho más que un lugar donde cocinar. Es un sitio de encuentro entre amigos, un espacio para compartir con la familia. Si aún no tenés una, acá te contamos cómo hacerla vos mismo.

La parrillera necesita una superficie de cocción amplia, donde puedas asar desde un corte de carne hasta piezas enteras como lechones o corderos desplegados. También debe tener lugar suficiente para hacer el fuego y las brasas. Con una superficie libre de 1,30 x 0,60 m tenés ambos espacios sin problema. Podés revestirla con arcilla o ladrillos refractarios para hacer un mejor uso del calor.

En la misma línea que la superficie de cocción, podés hacer una mesada de la misma profundidad de la parrilla y en el bajo mesada podés hacer algún cerramiento que tolere la intemperie para guardar leña, carbón y papeles, así quedan protegidos de la humedad. Hacerle un piso alrededor y, por qué no, unos bancos también de ladrillos puede convertir este rincón en la envidia de tus vecinos.

Datos

Un camino en el jardín da vía libre a tu imaginación. Primero tenés que decidir por dónde irá y el dibujo que los ladrillos van a formar.
Una vez delimitado el espacio, levantá unos centímetros de tierra, poné ripio y apisoná. Colocá los ladrillos según el diseño elegido (podés fijarlos con mortero, es opcional) y, en las juntas, podés poner mortero, grava o pasar arena polimérica con un escobillón y mojar.
Simple, funcional y con poco esfuerzo. Si tenés una huerta, podés usar ladrillos para delimitar las zonas de cultivo. Pueden ir sobre la tierra o con una base de piedra y mortero, para que queden más firmes. Aparte de estético este trabajo es muy práctico, pues tendrás una zona de paso entre tus vegetales sin riesgo de pisarlos.
Rápido, económico y diversión asegurada. No necesitás ser constructor profesional para tener un fogón en el patio de tu casa. Cavás un pozo circular de unos 5 cm y lo llenás con ripio. Luego marcás la circunferencia con mortero y colocás la primera fila de ladrillos. Y seguís mortero y ladrillo hasta completar la altura que desees. Aquí tiene sólo tres hileras. Alrededor de la estructura, enterrás unos ladrillos con más piedra en las juntas para que queden en su lugar y ¡voilá! Leña para disfrutar del fuego o un asador y será el rincón más concurrido de la casa.
$ 3,50
es el valor unitario del ladrillón estándar de 27x13x5,5. Los 1.000 ladrillones están entre
$ 2.800 y $ 3.500, según calidad.
$ 90
sale la bolsa de cal para construcción de 25 kg en los corralones.
$ 160
cuesta la bolsa de 50 kg de cemento Portland.
$ 60
vale el metro cúbico de arena en la cantera, pero a eso hay que sumar el flete, que está en $ 550. En el camión caben, normalmente, 6 m³.

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