Las alternativas para un invierno con calor de hogar

Se acercan los días fríos y calefaccionar la casa se vuelve una premisa ineludible. ¿Qué ofrece el mercado? Los pros y los contras de cada sistema.

Con la llegada del frío, llegan también las preguntas. ¿Cómo calefaccionar la casa? ¿Alcanza el sistema que tengo? ¿Cómo combinar precio y calidad? ¿Gas o electricidad? Consultamos con especialistas para darte todas las respuestas.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el tamaño del lugar a calefaccionar, ya que de eso dependerá qué tipo de sistema sea rentable. También es importante saber con qué presupuesto contamos, porque hay sistemas que requieren una mayor inversión inicial pero que se amortizan en no tanto tiempo.

Pero no son los equipos los que van a solucionar todo el problema. Con una mayor calidad constructiva de la vivienda todos los sistemas de climatización son eficientes.

Mejoras constructivas

Aislar térmicamente las paredes, techos y pisos puede llegar a representar una reducción del consumo de calefacción de entre un 35 a un 70%.

“Para una buena climatización lo primero sería aplicar, entre otros conceptos: aislación de pisos, muros y cubiertas; ventanas y puertas que garanticen hermeticidad; espesores correctos de los materiales que separan el exterior del interior”, destaca el arquitecto Diego López de Murillas.

Entonces, ¿qué podemos hacer en casa? Cuando haya que cambiar puertas o ventanas, incorporar carpinterías con doble vidriado hermético. Además, agregar burletes donde no haya y cambiar los que estén gastados es una opción económica y eficaz de impedir la fuga de calor. También incluir persianas o cortinas para proteger las superficies vidriadas. La aislación de muros con cámara de aire es muy útil, sobre todo en paredes orientadas al sur.

Ahora que solucionamos la pérdida de calor y el ingreso de frío del exterior, ¿qué sistema usar?

Calefactores y accesorios

Según el tamaño de la vivienda a calefaccionar será más conveniente un sistema centralizado, que distribuya calor a cada ambiente, o uno localizado.

Con pocos metros cuadrados, un calefactor tradicional por convección bien ubicado cubrirá el requerimiento. Podés calcular cuál comprar con la fórmula que figura en el gráfico de la página siguiente, que considera las condiciones climáticas de la Norpatagonia, con fríos bajo cero.

Tené en cuenta que es conveniente que el equipo sea tiro balanceado, si no deberás prever ventilación extra.

En lugares donde no hay gas natural, podés usar estufas de combustión lenta a leña o sistemas eléctricos.

Y si necesitás calefacción de apoyo, localizada, podés recurrir a un equipo eléctrico como un split frío-calor –con la ventaja de que sirve también en verano como aire acondicionado– o una placa radiante –vienen unos diseños realmente bonitos que pueden mejorar mucho la decoración del ambiente, pero tienen un alto consumo–. “El split es un complemento para la calefacción de la casa, no es la calefacción”, aclara el técnico Patricio Pérez.

Sistemas centralizados

Durante años los sistemas de calefacción central con distribución de aire caliente por ductos en el cielorraso fueron furor en grandes construcciones y oficinas y aún siguen vigentes. La ventaja de este sistema es que puede adosarse un equipo de refrigeración para el verano, pero tiene la contra de que el aire seca mucho el ambiente y eso puede ser perjudicial para la salud.

Actualmente lo que más se está utilizando es la calefacción por agua caliente mediante radiadores o piso radiante. Estos sistemas son duales, ya que abastecen no sólo los conductos de calefacción sino también de agua caliente sanitaria, por lo que no es necesaria la instalación de calefones o termotanques. “Con el uso de calderas también se pueden tener sistemas que provean agua para calefacción y sanitaria, lo que hace que se ahorren espacios y se achique el costo de inversión. Una sola instalación cubre los dos servicios”, detalla el técnico industrial Oscar Paillalef. Además, “es aplicable en todas las zonas, porque admite todos los combustibles. Hay calderas a gas, eléctricas, a leña, fuel oil”, agrega Pérez.

Los radiadores murales no son para nada nuevos, pero los antiguos equipos eran de hierro de fundición mientras los que se venden actualmente son de aluminio y con diseños muy modernos y estéticos. El sistema consta de una caldera central que calienta el agua (entre 65 y 75°C) y la distribuye a los distintos radiadores ubicados estratégicamente en la casa.

Un sistema similar tiene el piso radiante, que consiste en una caldera central que calienta el agua (entre 35 y 45°C) que circula por una red de mangueras distribuidas de manera uniforme bajo el piso de la vivienda. Es la calefacción que “más se acerca a lo ideal para el ser humano, porque calienta desde los pies y deja la cabeza más fresca”, aclara Pérez.

Las energías alternativas

Los sistemas que usan caldera de agua caliente tienen la gran ventaja de poder incorporar energía solar de apoyo para generar un ahorro de energía. En ese caso se agregan colectores solares para lograr un sistema de abastecimiento mixto. Estos sistemas, si bien tienen una inversión inicial mucho mayor, resultan ventajosos al producir un ahorro en el consumo de gas que se amortiza cada vez más rápidamente con el aumento de las tarifas.

“Existen sistemas mixtos con calderas en los que se usan colectores y paneles solares que se acoplan a un sistema de agua caliente para bajar el consumo de gas. Hay paneles italianos, pero en el último tiempo están ingresando colectores chinos con un costo mucho menor. Hay diferencias constructivas importantes, pero para un primer paso sirven y dan excelentes resultados”, concluye Paillalef.

Los radiadores ya no son

sólo para calefaccionar.

“Si va a haber una mejora de la casa, yo optaría por un sistema por agua o aire. Claro que hay que intervenir rompiendo paredes”.

Oscar Paillalef, técnico industrial con 45 años de experiencia en el ramo.

“Con los calefactores convencionales es importante el mantenimiento y la limpieza. Si tienen varios años conviene cambiarlos”.

Patricio Pérez, técnico especializado en sistemas de climatización.

¿Gas o electricidad?

El gran dilema

“El mercado está migrando a la electricidad. En Buenos Aires la mayoría de las torres de Puerto Madero se calefaccionan con piso radiante eléctrico, no están llevando gas. Eso hace al edificio mucho más sustentable, ecológico, porque no está quemando combustibles fósiles”, cuenta Patricio Pérez.

A pesar de eso la gente sigue dudando. Y Oscar Paillalef explica que “lo que pasa es que no se sabe todavía cómo van a quedar las tarifas. El gas ha aumentado y la electricidad también está aumentando. Es bastante difícil y todo depende de la necesidad que uno tiene”, sobre todo cuando la inversión inicial es similar para un sistema a gas o eléctrico; la diferencia está en el consumo.

“Hoy existe la energía solar, que es inagotable. Yo soy partidario de ir en esa dirección, o qué les vamos a dejar a las generaciones que vienen”, concluye Pérez.

Desde pisos radiantes hasta estufas y splits, la calefacción es la prestación más difícil de obviar. Sólo resta hacerla eficiente para minimizar el consumo.

Sustentable y ecológico

Lo más moderno y sustentable son las calderas y estufas a pellets que se fabrican con los residuos de madera.

“Son una buena alternativa para lugares donde no hay gas natural”, señala Pérez. Y aclara: “En Chile funcionan hace tiempo, incluso el gobierno subvenciona las estufas a pellets para reemplazar las estufas a leña y que haya menos contaminación del aire”.

Datos

“Si va a haber una mejora de la casa, yo optaría por un sistema por agua o aire. Claro que hay que intervenir rompiendo paredes”.
“Con los calefactores convencionales es importante el mantenimiento y la limpieza. Si tienen varios años conviene cambiarlos”.
Desde pisos radiantes hasta estufas y splits, la calefacción es la prestación más difícil de obviar. Sólo resta hacerla eficiente para minimizar el consumo.

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