El gobierno sigue tallando en el precio del combustible

El ministerio de Energía dio marcha atrás con la rebaja en los costos del bioetanol, que se utiliza obligatoriamente en el país para cortar las naftas, y allanó el camino para una nueva suba en los surtidores. Redujo casi a la mitad el recorte, que según la Cámara Argentina de Alcoholes implicaba pérdidas millonarias para el sector cañero, por lo que las petroleras abalizaban el cuarto incremento del año.

Con la primera medida, instrumentada a principios de noviembre, las operadoras redujeron las naftas premium y súper un 1,5%. Ahora se esperaba que apliquen un aumento de entre un 6 y 10 por ciento lo que acumularía una suba anual cercana al 30% en este combustible.

La resolución modificatoria del ministro Juan José Aranguren estableció que la reducción para el bioetanol de la caña de azúcar no será del 29% sino del 13,89%, pero se mantendrá el esquema de implementación gradual. El primer tramo entra en vigencia tras la publicación de la norma y, el segundo, en febrero de 2018. En el caso del combustible derivado del maíz no se aplicaron cambios y también se instrumentará en dos partes.

Además de la marcha atrás en la estructura de costo del bioetanol, las dos principales variables del valor de los combustibles se movieron: precio del petróleo y tipo de cambio. La referencia internacional para el crudo argentino es el Brent que desde el 1 de octubre, cuando se liberaron los surtidores nacionales, hasta la fecha pasó de 57 a poco más de 62 dólares. Es decir casi un 9% más.

Tras la liberación de los combustibles en la industria se aseguraba internamente que tanto las naftas como el gasoil acumulan un atraso, pero que las elecciones del 22 de octubre bloqueaban la suba. La madrugada del 23 todas las compañías anunciaron un aumento -contenido- de entre el 10 y el 12 por ciento.

Cuando se preparaban para el segundo incremento consecutivo, llegó la medida de Aranguren que contuvo la nueva escalada. Ahora con la marcha atrás en el retoque al bioetanol, un bien que a través del valor es controlado por el Estado, se desahogará casi gradualmente la necesidad otro traslado a precios de las petroleras.

En el sector esperan que con la reforma fiscal, donde se creará una suerte de amortiguador impositivo, el gobierno no debería intervenir más y la petrolera de mayoría estatal, YPF, se correría del rol tácito de regulador de precios en el mercado doméstico.

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