Una empresa neuquina que hace “trajes a medida” para los pozos

Una firma neuquina logró desarrollar un equipo íntegramente hecho en el país para optimizar la producción. Las características del instrumental permiten mejorar la producción con muy bajos costos. Esperan por un repunte de la actividad.

Las pymes del sector petrolero siguen agudizando el ingenio para poder aguantar hasta la tan esperada recuperación de la industria. No sólo buscan administrar mejor sus recursos e insumos, algunas incluso apuestan a la sustitución de importaciones con el desarrollo de equipos propios.

Casing SA es una empresa neuquina que desde 1993 se dedica exclusivamente a la venta de equipos de plunger lift. El sistema, nacido en Estados Unidos en la década de 1940, tiene como objetivo optimizar la producción de petróleo utilizando el gas como fuente de energía. De esta manera se logra producir un flujo multifásico con un sistema de extracción muy económico.

Sintéticamente, el sistema funciona con un pistón (plunger) que se envía hasta el fondo del pozo en busca del líquido acumulado durante la fluencia. Esto permite acumular suficiente presión en el espacio anular para que la expansión del gas ubicado debajo del pistón pueda conducirlo hacia la superficie, llevando consigo el líquido acumulado.

“Desde el tornillo más pequeño al controlador, que es la parte más sofisticada, era todo importado”, comenta José Luis Maccario, presidente de la empresa. Pero como los equipos estaban diseñados para los campos petroleros de Estados Unidos, a mediados de los 90 comenzaron con innovaciones para adaptarlos a la realidad local. “Pusimos pistones más rápidos y eficientes. De esta manera logramos que pozos que producían diez metros cúbicos llegaran a los cien metros cúbicos por día”, explicó.

En 2017 finalmente Casing logró la fabricación de un equipo cien por ciento nacional, exceptuando los componentes que no se fabrican en el país como la batería, el microprocesador y las memorias.

“Tenemos dos tipos de controladores, el Pampa y el Patria. Uno es más completo y el otro es un timer. Poseen un software amigable, muy fácil de usar y adaptable a las necesidades del cliente, me atrevo a decir que es único en el mundo”, precisó Maccario. Para alimentar la batería se usa un pequeño panel solar, también de fabricación nacional.

Además, muchos de los componentes se fabrican en Neuquén. “Estuvimos a punto de comprar un centro mecanizado, pero nunca salió el crédito de la línea Fontar. No descartamos hacerlo en un futuro”, comentó y agregó que “al dejar de importar conseguimos bajar un 20% el valor del equipo”.

“Lo que nos diferencia de otras empresas que ofrecen un equipo estandarizado es justamente que nosotros hacemos el traje a medida, podemos cambiarlo de acuerdo a las características del pozo. Si sobrevivimos 30 años es porque siempre estamos cerca del cliente”, aseguró.

Maccario manifestó que el 2016 fue “muy malo” y que “este año, a pesar de emplear mucho tiempo en el diseño del equipo, vamos a cerrar un poco mejor”. En este sentido, dijo que “lamentablemente en este último tiempo tuvimos que recurrir a créditos para subsistir, pero lo que nosotros queremos es crecer”.

En números

Energía Mundo pyme

Datos

20%
es lo que logró reducir la empresa el valor del equipo con la fabricación local de todos los componentes.
10 veces
es lo que lograron mejorar
la producción de un pozo
con el sistema de extracción.

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