Crisis petrolera: Neuquén perdió uno de cada tres equipos petroleros en un año

La producción de crudo y los trabajadores en el campo cayeron hasta alcanzar números previos al surgimiento de Vaca Muerta, en 2012.

roberto aguirre

robertoaguirre@rionegro.com.ar

Si la actividad petrolera de Neuquén pudiera mirarse desde el cielo, la postal sería parecida a la de 2012, cuando Vaca Muerta era todavía una fantasía de los geólogos.

La cantidad de equipos en el campo se parece a la de aquella época: en junio pasado había 99 aparatos de workover, pulling, coiled tubing y perforadores. Casi el mismo número que hace cuatro años atrás, y una cantidad muy lejana a los 143 que registraban las estadísticas en junio de 2015. Para decirlo de otra manera: uno de cada tres fierros que pisaban la “piel” de Vaca Muerta salieron de servicio el último año.

Según estadísticas de la Subsecretaria de Energía a las que accedió “Río Negro”, la actividad muestra una meseta en la provincia. En el primer semestre de 2016 la producción de petróleo cayó un 3,7% interanual, y perdió buena parte del terreno que había recuperado de la mano del desarrollo de YPF y Chevron en Loma Campana. El crudo no convencional sigue su carrera ascendente, pero no logra compensar el derrumbe del 8,7% de los yacimientos tradicionales en el período analizado.

Eso sí, la foto empieza a cambiar: un cuarto del petróleo que sale del subsuelo neuquino ya proviene de Vaca Muerta.

El gas permite compensar el mal escenario. La producción aumentó el primer semestre un interesante 4,7% en comparación con el mismo período del año 2015, empujada por los mejores precios del fluido y la caída del barril de crudo, aún a pesar del sostén nacional.

Otra vez, la estrella es el no convencional. Mientras que el “gas viejo” cayó un 3,4% en ese período, el no convencional subió un espectacular 27%, gracias a proyectos como El Orejano (YPF-Dow), Rincón del Mangrullo (YPF-Pampa), Sierra Barrosa (YPF), Lindero Atravesado (PAE) y el propio bloque Loma Campana (YPF-Chevron), que nació de la mano del petróleo pero ahora mira el gas como un salvavidas.

Si en cambio se mira la columna de los pozos perforados –otro indicador central del sector– el panorama parece mucho peor. Entre enero y junio se perforaron 173 pozos en la provincia. Suponiendo que esta cantidad se repetirá en el segundo semestre, la cifra anual apenas superará a la de 2012 y se encontrará lejos de los 417 pozos de 2013 o los 515 de 2014, el año donde Vaca Muerta parecía se insinuaba como un boom.

Claro que hubo un cambio de estrategia y ahora se hacen más perforaciones horizontales con más recorrido, mientras que antes proliferaban los pozos verticales.

Reacomodo

Mientras la postal del sector petrolero neuquino muestra un piloto automático, todas las miradas están puestas en 2017. Hay muchas expectativas por un posible reacomodo del mapa petrolero de la mano del ingreso de nuevos actores en concesiones no convencionales.

Aún en una etapa exploratoria o de piloto, estos emprendimientos podrían dinamizar un mercado que quedó paralizado por la baja del petróleo.

Los ojos están puestos ahora en los grandes yacimientos de gas no convencional, donde se esconde el negocio para el sector. Los nuevos precios en boca de pozo y el mantenimiento del plan que llevó el millón de BTU a 7,5 dólares para estos proyectos podría revitalizar la actividad neuquina. Pero nada de eso ocurrirá este año.

En el último año, uno de cada tres fierros que operaban en Neuquén dejó de trabajar. En junio de 2016 se perforó la mitad de pozos que en el mismo mes del 2015.

“La idea transmitida a las operadoras y las prestadoras de servicios es preservar, cuidar y mantener las fuentes de trabajo”,
señaló el gobernador Omar Gutiérrez sobre el impacto de la baja de la actividad.

Números en baja

Datos

En el último año, uno de cada tres fierros que operaban en Neuquén dejó de trabajar. En junio de 2016 se perforó la mitad de pozos que en el mismo mes del 2015.
50%
bajó la cantidad de equipos que operan en la provincia en el último año. Una veintena de ellos son de perforación.
3,7%
cayó la producción de crudo en el primer semestre, pese a la buena performance del shale.
8,7%
se derrumbó en el último año la producción de petróleo convencional en Neuquén. Los viejos yacimientos aportan cada vez menos crudo.

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