En una mudanza, el gato debe ser el último en irse

Son muy sensibles a los nuevos ambientes y a los ruidos.

En una mudanza, el gato debe ser el último en irse

La mudanza con un gato trae ciertas complicaciones porque son animales muy sensibles a los nuevos ambientes y los ruidos. Por lo tanto es recomendable dejar al animal en el antiguo entorno el mayor tiempo posible, sobre todo si aún hay que hacer arreglos en la nueva vivienda.

Si es posible, el día de la mudanza conviene dejar al gato en una habitación de la vieja casa con su canasta, baño, cuencos y juguetes. Se recomienda que recién después de mudar todos los muebles y demás pertenencias se traslade a la mascota en una jaulita a su nuevo hábitat.

Lo mejor es que luego el gato se quede en una habitación tranquila con sus accesorios habituales y que salga a investigar su nuevo hogar una vez que la situación se haya tranquilizado un poco.

El felino debería tener su primera salida al aire libre no antes de las tres o cuatro semanas. Hasta ese momento, el animal ya se ha acostumbrado al nuevo entorno y también encuentra su camino a casa.


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