Adicto a los videojuegos violentos

Para sus vecinos, el autor de la matanza de Múnich era un joven amable y sin antecedentes, reservado y aficionado a los videojuegos de guerra, por lo que nada podía presagiar que iba a asesinar a nueve personas a tiros en un centro comercial.

David Alí Sonboly, un joven de nacionalidad alemana e iraní, vivía con su familia en un barrio de viviendas sociales modernas y discretas, en el barrio de Maxvorstadt, una zona más bien acomodada de la ciudad, cercana al centro.

A la entrada del edificio donde vivía, ubicado entre una concesionaria de la marca de autos de lujo Mazerati y una tienda de ropas de novia, Delfye Dalbi intenta en vano recordar el más mínimo atisbo de un indicio de la tragedia. “Nunca lo vi enojado, nunca escuché que tuviera problemas con la policía o con los vecinos”, cuenta esta madre de familia de origen macedonio, que vive en el primer piso.

El joven vivía con sus padres y con hermano más chicos en un departamento de tres ambientes. Había asistido a la escuela de su barrio, contó. “Era muy amable, servicial. Se reía como cualquier persona normal (…) Algo ocurrió en su cabeza”, señaló.

Los vecinos dijeron que sus padres son iraníes. El padre se desempeña como chófer de taxi y la madre fue empleada de los almacenes Karstadt. Los dos llegaron a final de la década de 1990 como demandantes de asilo.


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