Cataluña declaró una independencia “en diferido” y ofrece dialogar

La estrategia busca desactivar las medidas que ya había anticipado el gobierno español, que volvió a calificar de “inadmisible” cualquier autogobierno.

El conflicto secesionista en Cataluña vivió una jornada de infarto cuando el jefe del Gobierno regional, Carles Puigdemont, cedió a la presión nacional e internacional y postergó “in extremis” la independencia unilateral para pedir a cambio diálogo y una mediación internacional que ayude a superar la grave crisis abierta con España.

El giro de último momento tras horas de tensión política volvió las miradas al Gobierno central de Mariano Rajoy, que viene descartando cualquier “mediación entre la ley y la desobediencia” y calificó ayer de “inadmisible” cualquier forma de declaración de independencia en Cataluña, también una “en diferido”.

“Asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república”, dijo el líder secesionista en una esperada comparecencia ante el “Parlament” en Barcelona para informar sobre los próximos pasos en su proyecto de ruptura. A continuación, sin embargo, agregó: “Con la misma solemnidad proponemos que el Parlamento suspenda la declaración de independencia para emprender un diálogo para llegar a una solución acordada”.

La comparecencia de Puigdemont tras una de las jornadas más tensas de la historia política reciente en España se movió así entre la insistencia en el proyecto independentista al que se comprometió y el pedido de diálogo, en un intento por desactivar las posibles respuesta del Gobierno central de Mariano Rajoy.

El discurso descolocó a los miles de personas que se habían reunido en las calles de Barcelona y otras ciudades de Cataluña para celebrar la supuesta independencia inmediata. A los aplausos le siguieron los abucheos. “Estamos un poco desilusionados porque teníamos la ilusión de que se fuera a proclamar la independencia y que se haya pospuesto así es muy decepcionante”, contaba a DPA Mariona, de 52 años.

Cataluña celebró el 1 de octubre un polémico referéndum en el que el “sí” a la ruptura con España ganó con un 90 %, según el “Govern” pero con una participación de apenas el 43%, debido a que los partidarios del “no” boicotearon la consulta, que había sido suspendida por el Tribunal Constitucional español y se llevó a cabo sin garantías mínimas.

El plan soberanista fue sufriendo varios golpes los últimos días por la falta de apoyo internacional, la catarata de grandes empresas que vienen abandonando Cataluña por la incertidumbre y las masivas marchas contra la independencia el fin de semana.

La presión nacional e internacional creció en las horas previas a la comparecencia de Puigdemont. “Quiero pedirle que no haga nada irreversible, que no emprenda un camino que no tenga vuelta”, reclamó el portavoz del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo. La Unión Europea (UE) volvió a recordar que una Cataluña independiente quedaría fuera del bloque y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, urgió a Puigdemont “a no anunciar una decisión que haría imposible el diálogo”.

El nerviosismo llegó al máximo cuando, llegada la hora prevista, el pleno se postergó, al parecer por diferencias entre los propios independentistas.

El jefe del Gobierno regional explicó que no acudía al Parlament a exponer una “decisión” personal, sino los resultados del polémico referéndum del 1 de octubre celebrado “en condiciones extremas”, dijo sobre los enfrentamientos entre votantes y policías de la Guardia Nacional.

“El gobierno de Cataluña no se va a desviar un milímetro de su compromiso con el proceso de progreso autonómico”,

señaló el jefe de Gobierno regional, Carles Puigdemont.

Las posibles salidas

a la crisis

P- ¿Qué puede pasar ahora?

R- La vía intermedia de Puigdemont le abre un nuevo frente de conflicto, esta vez interno: la CUP, el partido antisistema que lo apoya en el Parlamento, venía exigiendo que no cediera y declarara la independencia de forma unilateral. La comparecencia se retrasó más de una hora por esa diferencia. Si la CUP retira el apoyo a Puigdemont, habría elecciones adelantadas .

P- ¿Puede ser Cataluña un país?

R- El camino hasta esa instancia es largo y muy improbable. Requeriría reconocimiento internacional y el retiro de España.

P- ¿Cómo reaccionará Rajoy?

R- La respuesta más probable de Madrid pasaba por aplicar el artículo 155 de la Constitución que permite “obligar” a una Comunidad Autónoma a cumplir sus obligaciones. Ahora podría retrasar esa medida tras el mensaje rebajado de Puigdemont.

Datos

“El gobierno de Cataluña no se va a desviar un milímetro de su compromiso con el proceso de progreso autonómico”,

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