Con un auto y un cuchillo, puso en jaque al corazón del poder británico

Un solitario atacante islamista utilizó ayer un coche y un cuchillo para matar a cuatro personas y herir a 40 en Londres, sembrando pánico y caos al pie del Big Ben y junto al Parlamento británico, antes de caer abatido por las fuerzas de seguridad.

En una de las zonas supuestamente más vigiladas del mundo, donde se concentran las dependencias de los tres poderes, el sospechoso atropelló con su coche a los peatones que cruzaban el puente de Westminster, matando a 2 e hiriendo a 20, y se dirigió luego al recinto del Parlamento, donde mató a cuchilladas a un policía antes de ser abatido.

La policía no ha revelado la identidad del autor del ataque, que ocurrió poco antes de las 3 de la tarde, pero sospecha de un “ atantado islamista” como móvil.

La primera ministra Theresa May anunció anoche que no elevará el grado de amenaza y tildó el ataque de “repulsivo y depravado”. “El escenario del atentado”, prosiguió, “no es una coincidencia. El atacante eligió golpear en el corazón de nuestra capital, donde gente de todas las nacionalidades, religiones y culturas se reúne para celebrar los valores de la libertad, la democracia y la libertad de expresión”. “Nunca nos rendiremos al terror. Y nunca permitiremos que las voces del odio y el mal nos dividan”, añadió May, tras presidir un gabinete de seguridad.

Raid mortal

El atentado dio paso a escenas de caos y pánico. La gente corría por las calles de Westminster, los diputados se encerraron en sus oficinas, y el sonido de las sirenas y los helicópteros se apoderó de todo el centro de Londres.

Algunos transeúntes atendieron a los heridos en el puente. Un médico del Hospital de Saint Thomas, que estaba a 200 metros del lugar, describió sus heridas como “catastróficas”. Entre los heridos hay estudiantes franceses cuya vida no peligra, rumanos y surcoreanos. Se ignora la identidad de las dos personas muertas en el atropello.

El ex ministro polaco de Relaciones Exteriores Radoslaw Sikorski, que estaba en el lugar explicó: “Oí lo que me pareció que era una colisión, miré por la ventana del taxi, y vi a alguien por el suelo, muy mal. Luego vi a otra persona, que también estaba mal, y otras tres, una sangrando profusamente”, dijo .

El diputado héroe

El diputado conservador y antiguo militar Toby Ellwood, que perdió a su hermano en un atentado en Bali, Indonesia, en 2002, trató de salvar la vida del policía herido, pero su esfuerzo fue en vano. “Traté de cortar el flujo de sangre y le hice el boca a boca (…), pero creo que había perdido mucha sangre”, explicó Ellwood al diario The Sun. “Tenía varias heridas, bajo el brazo y en la espalda”, añadió.

Los turistas, que se acercan para ver el Big Ben o subir a la cercana gran noria del London Eye, huyeron despavoridos y luego contemplaron estupefactos el gran despliegue de seguridad. Cientos de personas fueron evacuadas del Parlamento, entre ellas niños que se encontraban visitando el viejo edificio, la primera ministra y varios diputados y lores. Despejar el lugar llevó unos 90 minutos .

“Estamos considerando esto como un acto terrorista mientras no tengamos otros elementos que lo contradigan”, dijo rápidamente la policía.

El ataque se produjo justo el día en que Bruselas conmemoraba el primer aniversario de los ataques que dejaron 32 muertos en el aeropuerto y el metro de aquella ciudad. Y el incidente en Londres fue similar a los recientes ataques con vehículos ocurridos en Berlín y Niza, Francia.

El quinto gran ataque en el Reino Unido

El 7 de julio de 2005 cuatro suicidas coordinados dejaron 56 muertos en todo Londres.

Quince días más tarde, hubo cuatro atentados frustrados con modus operandi similar.

El 30 de junio de 2007 un coche con garrafas de gas se estrelló en el aeropuerto de Glasgow, Escocia, sin explotar.

El 22 de mayo de 2014, dos hombres de origen nigeriano arrollaron a un soldado y lo acuchillaron.

El 5 de diciembre de 2015, un somalí acuchilló a dos personas.

Desde 2013, la policía anuló 13 planes terroristas.