El Papa en Colombia: una gestión de paz para toda la región

El huracán Irma obligó a alterar los planes de vuelo, aunque el pontífice arribó por la tarde a ese país, donde dará apoyo simbólico al proceso de paz con las guerrillas. En el vuelo, aprovechó para pedir una negociación sobre la crisis política en Caracas.

El papa Francisco llegó ayer a Colombia para intentar ayudar a cerrar las heridas abiertas por el conflicto más largo de Latinoamérica, consciente de la fragilidad del proceso de paz en el país. Durante el viaje, tuvo tiempo para reflexionar sobre la dura crisis política y social que vive la vecina Venezuela, que ha dejado cientos de muertos y decenas de heridos y detenidos.

El avión del pontífice argentino, un Airbus A330 de la compañía italiana Alitalia arribó al aeropuerto internacional de El Dorado de Bogotá cerca de las 17 locales (15 de la Argentina), debido a que el plan de vuelo debió ser modificado por el huracán Irma .

En el avión, el pontífice dijo a los periodistas que quería “ayudar a Colombia en su camino de paz” y llamó a rezar por Venezuela. “Quisiera decir que durante este vuelo sobrevolaremos Venezuela y pedirles que recen para que pueda haber un diálogo, una gran estabilidad y un diálogo para todos”, declaró. Además, trascendió que el pontífice se verá con cinco obispos venezolanos en privado y otras autoridades de ese país en la sacristía tras la misa que celebrará en Bogotá.

El llamado a la negociación para resolver tensiones será la clave de esta gira. Durante su muy simbólica visita de cinco días se espera que el pontífice presione a los líderes colombianos para que aborden las disparidades sociales y económicas que alimentaron cinco décadas de rebelión armada, al tiempo que alentará al pueblo colombiano a equilibrar su necesidad de justicia con perdón.

En un mensaje en video difundido en la víspera de su partida, el papa argentino pidió a todos los colombianos que den un “primer paso” y salgan al encuentro del otro por el bien de la paz y el futuro. “Una paz estable, duradera, para vernos y tratarnos como hermanos, nunca como enemigos”.

A un año de que el gobierno de Bogotá rubricó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, la nación sigue amargamente dividida por los términos del pacto, aunque los guerrilleros depusieron las armas y comenzaron a regresar a la vida civil. Incluso la jerarquía de la Iglesia católica, que facilitó las conversaciones y encabeza el proceso de reconciliación, está dividida por lo que muchos colombianos consideran que son unos términos demasiado generosos para los rebeldes responsables de atrocidades .

El momento álgido de la visita de Francisco será mañana, con una reunión y una oración de reconciliación entre las víctimas del conflicto y exguerrilleros en Villavicencio, ciudad al sur de Bogotá rodeada por territorios controlados por las FARC. Allí, el pontífice beatificará a dos sacerdotes colombianos asesinados durante el conflicto con los rebeldes, declarándolos “mártires” víctimas del odio a la fe católica.

Critican el gasto

Aunque los colombianos elogian la humildad de Francisco también critican el elevado costo de la visita. “Me gusta lo que va a pasar, el papa es una persona humilde”, dijo el taxista Aristóbulo Fonseca . “Lo que no es bueno es que hagande esto un carnaval”.

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