España: sin gobierno, con amenazas de secesión y socialistas en crisis

España atraviesa una tormenta política sin precedentes desde la muerte del dictador Francisco Franco: carente de gobierno desde hace nueve meses, bajo la amenaza de secesión de Cataluña y con el histórico partido socialista al borde de la implosión.

El país ha estado dirigido desde diciembre de 2015 por un gobierno en funciones muy limitado en sus capacidades.

El bloqueo comenzó en las legislativas de diciembre de 2015, cuando el conservador Partido Popular (PP) llegó a la cabeza con 123 diputados de 350, pero sin mayoría para gobernar. Luego de que los partidos no lograran acuerdos para formar un nuevo Ejecutivo, el rey Felipe VI convocó a otra votación el 26 de junio. El PP aumentó a 137 sus diputados, pero el intento de investidura de Rajoy fracasó ya que sólo logró reunir 170 votos afirmativos contra los 180 votos negativos del PSOE y Podemos, IU , los nacionalistas e independentistas. Si no se conforma un gabinete el 31 de octubre, se convocará a nuevas elecciones en diciembre, las terceras en menos de un año, algo nunca visto en el país.

El PSOE, el partido más antiguo de España con 137 años, vive una crisis de una crudeza pocas veces vista. Pedro Sánchez, elegido por las bases en 2014, enfrentó ayer la dimisión en bloque de una parte de su equipo directivo, que buscaba forzar su salida. Sánchez no lo hizo, se aferró al poder y convocó ayer a elecciones internas el 23 de octubre a las que él piensa presentarse. Desgastado por los cada vez peores resultados electorales, Sánchez confía en que sean los militantes quienes lo confirmen .

Los socialistas están divididos sobre la estrategia frente al bloqueo político : una parte de la formación quiere que el PSOE permita a Mariano Rajoy formar un Ejecutivo absteniéndose en la votación, y fortalecerse desde la oposición, mientras que Sánchez jura que no entregará el gobierno a la derecha conservadora.

El surgimiento del partido de izquierda radical Podemos en parte explica la crisis de los socialistas: la formación de Pablo Iglesias surgida en 2014 ha captado los votos de los electores socialistas decepcionados con dirigencia que considera muy cercana al poder establecido . También el histórico partido ecolo-comunista Izquierda Unida está en crisis, con una parte del mismo apostando a una fusión con Podemos.

La revuelta debería, en teoría, beneficiar a Rajoy, pero el candidato del Partido Popular todavía no ha dicho si volverá a presentarse a la investidura tras fracasar en dos ocasiones el mes pasado.

En paralelo a esta crisis política, España enfrenta un separatismo atizado por la crisis económica y la negativa a dialogar de los conservadores, en el poder desde 2011. Desde su triunfo en septiembre de 2015, los independentistas gobiernan en Cataluña, con 7,5 millones de habitantes y 20% del PIB nacional. Su presidente, Carles Puigdemont, prometió organizar un referéndum sobre la independencia en septiembre de 2017, tras instaurar las instituciones del eventual nuevo Estado. En el País Vasco, los partidos que reclaman más autonomía son mayoritarios. En las elecciones del domingo ganó el Partido Nacionalista Vasco (conservador), que propone una “soberanía compartida”.

Frágil recuperación

bajo amenaza

España recuperó la senda de crecimiento en 2014, tras superar una dura crisis. Su PIB progresó en 2015 un 3,2% y se espera que se mantenga a este nivel en 2016. Pero la cuarta economía de la zona euro sufre una alta tasa de desempleo, del 20%, tan sólo por detrás de Grecia en la región. Ahora, la parálisis institucional amenaza con impactar negativamente en la economía, España se encuentra bajo amenaza de sanción de la Comisión Europea por su excesivo déficit.

“Sánchez me dijo que se iba a abstener. Me siento engañado y defraudado. El PSOE se debe abstener; hoy lo opino con más fuerza”.

Felipe González, exjefe de gobierno socialista, pide facilitar una gestión del PP.