Fiscalía brasileña pide prisión para Lula en el marco de Lava Jato

La solicitud en cuestión está relacionada con una de las seis denuncias que involucran al expresidente ante la Justicia.

La fiscalía brasileña pidió ayer la condena y prisión del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción pasiva y lavado de dinero, en el marco de la megacausa de corrupción conocida como “Lava Jato” (”Lavado de carros”), según se informó el Palacio de Justicia.

El pedido de la fiscalía está relacionado con una de las seis denuncias que involucran a Lula ante la justicia, y que refiere a la reforma de un inmueble en la localidad de Atibaia, en el estado de Sao Paulo, que era usado por el ex presidente y su familia.

Las constructoras Odebrecht y OAS son acusadas de haber pagado con las obras sobornos para obtener contratos con la petrolera estatal Petrobras, que está en el centro del caso “Lava Jato”.

El inmueble, según lo investigado hasta ahora, está a nombre de la propia OAS.

En el documento de alegatos finales, entregado al juez Sérgio Moro, quien lleva adelante la causa, los fiscales piden la condena con base en pruebas indiciarias. Afirman que, a pesar de no haber pruebas directas, el Tribunal Supremo (STF) tiene la potestad de aprehender al acusado.

Según los fiscales, y de acuerdo a lo publicado por el diario “O Globo”, la dificultad de obtener pruebas directas de que efectivamente el departamento pertenecía a Lula se debe a la profesionalización del delito de lavado de dinero. Además, en el documento se pide que sean devueltos al erario público 87 millones de reales (unos 27 millones de dólares), que sería el monto que OAS habría pagado en coimas a Petrobras.

Una vez conocido el pedido de la fiscalía, que ahora quedó en manos de Moro, Rui Falcao, presidente del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Lula, salió a defender a su correligionario.

“Es un absurdo continuar embistiendo contra alguien que no cometió crimen, que no tiene ese apartamento. No hay pruebas para condenarlo y ya están previendo la forma de cumplimiento de pena”, dijo Falcao.

Lula, que presidió Brasil entre 2003 y 2010, es el político más influyente de Brasil en las últimas dos décadas e ícono de la izquierda latinoamericana. El ex presidente ha anunciado que quiere volver a ser candidato presidencial en las elecciones de 2018.

Arresto

La crisis política brasileña dio ayer un nuevo giro con el arresto de un hombre de confianza del presidente Michel Temer, en vísperas del inicio de un juicio en el tribunal electoral que podría anular su mandato.

El exdiputado Rodrigo Rocha Loures, filmado con una maleta repleta de dinero, fue detenido en Brasilia pocas horas después de perder su inmunidad parlamentaria.

El político, de 50 años, era hasta mediados de mes uno de los más cercanos asesores de Temer y los analistas estiman que si llegase a un acuerdo de “delación premiada” con la Justicia, podría asestar un golpe de gracia al debilitado mandatario conservador.

De acuerdo con las delaciones premiadas de ejecutivos del gigante cárnico JBS, Rocha Loures habría sido designado directamente por Temer para recibir sobornos de la empresa a cambio de favores y fue filmado en marzo cargando una maleta con más de 500.000 reales .

“El juicio del TSE no es político. Es un error pensar eso. Al sistema político hasta le gustaría que así fuese. No es un impeachment”.

Fernando Schüler, analista del Instituto de Investigación y Educación (Insper).

Juicio que podría costarle el cargo

Temer enfrentará la semana próxima una nueva amenaza para su ajetreado gobierno:
un juicio en la corte electoral por abusos de poder y financiación ilegal de la campaña del 2014, que podría costarle el cargo.

El proceso, que hasta hace poco parecía condenado al fracaso, cobró relevancia tras la divulgación de una grabación que lo involucra en el pago de sobornos a fiscales.

Los llamados a la renuncia de Temer y los pedidos de impeachment se multiplicaron y su delicada situación hizo que muchas miradas se posaran sobre el Tribunal Superior Electoral (TSE), que deliberará entre el martes 6 y el jueves 8 de junio.

Datos

“El juicio del TSE no es político. Es un error pensar eso. Al sistema político hasta le gustaría que así fuese. No es un impeachment”.

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