Las denuncias de acoso sexual llegan a la política de EE. UU.

Después de Hollywood, le llegó el turno a la política estadounidense: las denuncias de acoso sexual arrecian en Washington, al punto que el presidente Donald Trump decidió meterse en la controversia a pesar de las acusaciones en su contra.

En apenas unos pocos días, un senador pidió disculpas públicas por haber besado sin autorización una presentadora de TV; dos legisladoras denunciaron que dos de sus colegas acosaron sexualmente; un jefe gabinete renunció por denuncias y más mujeres acusaron a Roy Moore, un exjuez que aspira al Senado.

El Congreso estadounidense ya vivió su cuota de escándalos sexuales, con casos de asedio y hasta agresiones.

El caso más espectacular fue el de Dennis Hastert, expresidente de la Cámara de Representantes, quien el año pasado admitió haber cometido abusos sexuales contra alumnas de secundaria cuando era entrenador de lucha libre, décadas atrás.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, informó esta semana que cada legislador y cada colaborador deberá seguir un curso anti-acoso y anti-discriminación.


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