Menos dolor: las cifras que deja el primer año de la paz en Colombia

Miles de personas han dejado de morir o huir, y cientos se han salvado de mutilaciones. Colombia sufre menos gracias al pacto que firmó hace un año para que la guerrilla FARC se desarmara y convirtiera en fuerza política.

Aún con sus detractores, el acuerdo suscrito el 24 de noviembre alivió un enfrentamiento de 53 años que ha dejado 220.000 muertos y 60.000 desaparecidos en choques entre guerrillas, paramilitares, agentes estatales y narcotraficantes.

Pero también destapó amenazas en medio de los incumplimientos que alegan los rebeldes.

Menos armas y muertes

Son los datos que más impactan del balance del primer año del pacto de paz y que derivó en la creación del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).

Las FARC contaban con 11.816 integrantes entre combatientes, militantes presos y milicianos (colaboradores no siempre armados). Casi 7.000 guerreros dejaron 8.994 fusiles en manos de la ONU. “Se entregaron 1,3 armas por desmovilizado”, resalta Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación. Y compara el éxito del proceso con las 18.000 armas que dejaron los 30.000 paramilitares desmovilizados en 2006 (0,6 por cabeza).

En cuanto a las víctimas, ni bien empezaron los diálogos, el enfrentamiento interno dejaba en promedio 3.000 muertos al año, según la Unidad para las Víctimas (UV). En 2017 esa cifra se redujo a 78. En 2002, por ejemplo, las víctimas directas por el conflicto fueron 19.640.

De todas las consecuencias del conflicto la más impactante en cifras es la del desplazamiento: 7,4 millones de víctimas en cinco décadas, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). En 2012 había 233.874 desplazados al año, y hoy son 48.335, una reducción del 79%, según la UV.

Las FARC operaban en 242 de los 1.122 municipios, el 21% del territorio colombiano. Este año se concentraron en 26 zonas para desarmarse, es decir que desocuparon militarmente el 90% del espacio que copaban.

En cuanto a minas, Colombia es el segundo país, detrás de Afganistán, con más afectados por minas antipersona. En 2012 hubo 770 víctimas, y este año los mutilados o heridos son 58, un 92% menos, según la UV. El 47% del territorio está sembrado con ese tipo de explosivos.

“El narcotráfico y la fama de Pablo Escobar han sido un estigma muy difícil” de llevar para los colombianos, pero eso es ya pasado”.

Juanes, cantante colombiano, al recibir dos Grammy Latinos.

Los crímenes

y las venganzas

– Asesinatos.- Al menos 23 exguerrilleros y 11 familiares de integrantes de la FARC han sido asesinados desde que se firmó la paz. Las pistas apuntan a venganzas y a grupos armados que intentan reclutar a los desmovilizados. Desde 2016 también se han registrado 200 homicidios de líderes sociales y de derechos humanos, según la Defensoría

– Narcocultivos.- Al inicio del proceso de paz, Colombia tenía 47.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, materia prima de la cocaína. Al cierre de las negociaciones los narcocultivos se habían triplicado por la valorización del dólar.