Un alto el fuego que duró menos de una semana

Más de 180 personas murieron, entre ellas 26 niños, desde el fin del alto el fuego en la zona bajo control rebelde en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, informó ayer el Observatorio sirio para los Derechos Humanos.

Los muertos se registraron durante los ataques aéreos y el avance de las tropas del Gobierno, desde el pasado lunes por la noche, cuando la tregua se rompió tras el ataque a un convoy de ayuda humanitaria de la ONU.

El cese del fuego acordado por Rusia y Estados Unidos no se mantuvo ni siquiera una semana. Los fuertes bombardeos significan “un regreso al conflicto abierto”, dijo el mediadior de la ONU para Siria Staffam de Mistura. Desde su punto de vista, se trata de la peor tragedia humana desde la Segunda Guerra Mundial, según dijo a la cadena araba Al Jazeera.


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