Croxatto: “Quiero que nos brinden una oportunidad de hacer el bien”

El nuevo prelado junto al saliente, Virginio Bressanelli, hablaron de las demandas de las comunidades mapuches. Criticaron la lentitud del censo territorial.

Fernando Croxatto inició ayer su gobierno pastoral al frente de la diócesis de Neuquén con una misa que reunió a una multitud de fieles e invitados especiales en la catedral María Auxiliadora. “Quiero que nos brinden una oportunidad de hacer el bien”, dijo ayer en una conferencia de prensa junto al obispo emérito, Virginio Bressanelli, quien traspasó el cargo tras casi cinco años de mandato.

“Esta es una provincia fuerte, protagonista. Un pueblo que está de pie, con muchos conflictos, pero esperamos poder ayudar a las soluciones desde el diálogo y el encuentro”, sostuvo Croxatto. Indicó que aún no tiene una agenda definida para el inicio de su mandato, pero se mostró dispuesto al diálogo con todos los sectores y por dar continuidad al recorrido de la diócesis, atravesada por la impronta de Jaime De Nevares.

Croxatto fue designado en el cargo el 3 de agosto pasado por el Papa Francisco. Nació en Morón, tiene 60 años y llegó desde Comodoro Rivadavia, donde se desempeñó como obispo auxiliar desde 2014. Antes, estuvo al frente de la parroquia San Francisco Solano con sede en El Sauzalito, que abarca gran parte del Impenetrable Chaqueño.

De su contacto con pueblos originarios del norte y el sur del país, reflexionó sobre la lentitud del Estado para avanzar en los relevamientos territoriales. “Se está proponiendo y, de alguna manera, luchando desde las comunidades para que se pueda prorrogar la ley 26.160 nuevamente. Es cierto que hay una deuda con el relevamiento, que no termina de realizarse, y eso de dejar en suspenso estas cuestiones es lo que genera después los desencuentros”, afirmó en torno a los conflictos.

Su par Bressanelli coincidió con el diagnóstico y dio una definición más firme al definir como “un escándalo” que no se haya completado el proceso de consulta. “Todos los problemas que son dilacionados se pagan el doble, el triple y con un desgaste y mal humor que después queda casi en los genes de la persona”, aseguró.

Ambos se mostraron preocupados por la desaparición de Santiago Maldonado y pidieron mayor “claridad” al gobierno nacional en su búsqueda. “Nadie quiere desaparecidos en la Argentina, pero tenemos que respetar también a las instituciones, no desmerecerlas”, opinó Croxatto. El obispo saliente evaluó la desaparición como “algo gravísimo” y consideró que “el gobierno debía decir con claridad que buscaba la verdad, caiga quien caiga”.

“Creo que faltó capacidad para enfrentar desde el comienzo, con más fuerza, algo tan grave y faltó claridad desde el gobierno”, dijo Bressanelli, quien no se olvidó de recordar otros desaparecidos en democracia como Julio López o el neuquino Sergio Ávalos.

También defendió a la comunidad mapuche Cushamen, con la que trabajó durante su paso en esa diócesis, por considerarla de “elementos muy positivos y pacíficos”. “Me consta claramente que no está enrolada en los reclamos de la RAM”, apuntó.

“He aprendido muchísimo y estoy agradecido de haber tenido que salir de los moldes muchas veces”, afirmó ayer, en su despedida, el ahora obispo emérito de Neuquén, Virginio Bressanelli.

Se reivindicó por haber sido el primer obispo en plantear la problemática ambiental en torno al fracking y la minería en la provincia desde “la mirada pastoral, que es la mirada humana, social, de cómo se combina el respeto a la naturaleza con la necesidad económica o de energía que pueda tener un país”.

Reconoció que dejará “muchísimas” cuestiones pendientes y alertó que la iglesia está “sufriendo una pobreza de recursos”. “Tenemos pocos sacerdotes y el número es insuficiente frente a las necesidades que hay. Traté de hacer lo que pude, pero no lo solucioné y ahí le dejo un gran vacío a mi hermano”, dijo Bressanelli. También agregó que “a veces también faltan recursos materiales, la iglesia de Neuquén está al frente de muchísimas acciones y formas de servicio y cada vez se hace más difícil”.

El mandato

Los dos religiosos se mostraron preocupados por la desaparición de Maldonado y pidieron “claridad” al gobierno en su búsqueda.

Datos

5
años fue el tiempo en el que el ahora obispo emérito Virginio Bressanelli estuvo el frente de la diócesis neuquina.
Los dos religiosos se mostraron preocupados por la desaparición de Maldonado y pidieron “claridad” al gobierno en su búsqueda.

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