La costa del Limay se afianza como polo gastronómico y residencial

En el gabinete del intendente Horacio Quiroga suelen repetir una anécdota para explicar la visión que proyectan para la zona costera del Limay: “Cuando llegamos la Isla 132 se cerraba con candado”. Aseguran que fue el punto de partida para caminar en el sentido opuesto. Ahora aquel concepto de paseo público, libre y familiar, tallado por el propio jefe comunal, busca dar un salto apoyado en el desarrollo privado para “confluir en un espacio vivo para todas las estaciones”.

El secretario de Coordinación municipal, Marcelo Bermúdez, considera que la clave de todo el desarrollo está en la “sustentabilidad”. “Tiene que ser un espacio donde deben convivir quienes residen en el lugar y los que van a disfrutar. Pensamos en un lugar vivo en todas las estaciones del año. No serviría que sólo sean oficinas o sólo sea para recreación en el verano. Tiene que estar habitado y tener servicios”, explicó.

El corazón del denominado paseo costero es la Isla 132 (Paseo de la Costa) que se extendió con los tramos de Río Grande, la segunda etapa entre Olascoaga y La Pampa y, un tercer segmento entre La Pampa y Leguizamón. Con esa obra se completarán 3,5 kilómetros de parquización, sendas peatonales, bicisendas y espacios verdes.

Las mejoras introducidas funcionaron como un imán para los neuquinos. El balneario por las tardes de verano se combina con un circuito aeróbico, para dar paso por la tarde-noche a caminatas y comidas al aire libre o dentro de los locales gastronómicos. Ese desplazamiento, de zona recreativa a un espacio en el que se proyectan desarrollos inmobiliarios residenciales y comerciales es lo que empieza a tomar forma. En la Isla 132 funciona un edificio de departamentos, otro con oficinas y tres locales gastronómicos (dos de ellos con concesión municipal). Sin embargo el municipio terminó de poner en condiciones su última apuesta que es el Parque del Sur: 7 hectáreas parquizadas que funcionan como predio para la Fiesta de la Confluencia y para otras actividades.

Además la zona anticipa una nueva ola de crecimiento que, apoyada en las propuestas comerciales de avenida Olascoaga, empiezan a darle forma al segundo polo gastronómico de la ciudad. Las últimas dos etapas del paseo costero no sólo sumarán espacio verde, sino que en dos tramos de ambos espacios ya se proyectan al menos dos exclusivos loteos. Así lo aprobó el Concejo Deliberante que impuso las condiciones de construcción reglamentadas para la zona. Los loteos de 450 metros cuadrados ya se pagan poco más de 1,5 millones de pesos.

A un paso del río

Todo para disfrutar

Loteos. Al menos dos están habilitados frente al río.

Gastronomía. Tres negocios de comidas y bebidas. El último es una cervecería artesanal.

Aire libre. Parque Sur con sus siete hectáreas.

Desde el Ejecutivo municipal aseguraron que no serviría que en la ribera del río sólo existan oficinas o sólo sea para recreación en el verano.

El costo