La Escuela de Bellas Artes del oeste ya es una realidad

“Un sueño cumplido, un primer paso, una búsqueda de igualdad en el acceso a derechos”, eso es, para la comunidad educativa y para las familias, el anexo de la Escuela Superior de Bellas Artes que se inauguró ayer en el oeste de la ciudad.

Después de tres años de lucha la enseñanza artística a niños y niñas de 8 a 12 años quedó formalmente en marcha en la Escuela 348 del barrio Belén. La puesta en marcha se conmemoró con un acto del cual participaron autoridades del Consejo Provincial de Educación (CPE), de Bellas Artes y la comunidad. También hubo discursos y una fiesta singular con música y pizza para celebrar.

Cien niños podrán aprender plástica, música, folklore y teatro en las clases que se dictarán de 18 a 20:50 horas. “Venimos hace tres años con marchas, pedidos, familias de chicos de la zona. Es un primer paso, porque ahora tenemos que seguir por los talleres para adolescentes “, dijo Griselda Quezada, una de las docentes. Agregaron que buscarán que tengan continuidad.

El director de la Escuela Superior de Bellas Artes, Rodolfo Calógero, aseguró que están conmovidos por el interés de la comunidad. “La escuela se formó hace más de 55 años y necesitábamos comenzar con el proceso de expandirla. En todos estos años, nunca salió a las calles, ni llegó a los barrios. Poder ampliar nuestra educación a niños del oeste es muy gratificante”.

Lo importante para los que lucharon por la iniciativa y juntaron 2.200 firmas era poder comenzar con las clases, pero lo ideal a futuro, será sumar más cupos.

Las mamás se juntaban a las 12:20, cuando las inscripciones abrían a las 18:30 y todos quedaron asombrados por el interés. Se inscribieron 100 alumnos pero ya hay 50 más en lista de espera. “La necesidad es muy grande, y a medida que se siguen enterando se acercan más padres”, contó Calógero.

Los caminos que recorrieron hasta llegar aquí fueron muchos y hoy los recuerdan con alegría. Cuando empezaron a pedir la llegada de Bellas Artes a la escuela, en 2014, como no tenían respuestas organizaron “Abriendo puertas”. Se trataba de un grupo de padres que dictaban ellos mismos los talleres: llevaban equipos en carritos tirados por motos, buscaban los recursos y lo hacían a puro pulmón.

“Hay que salir de la crítica y la queja de lo que pasa con nuestros jóvenes y niños y darle oportunidades reales. Si no le damos ninguna opción, no vamos a cambiar nada”, concluyó la maestra Quezada.

“En todos estos años la escuela nunca salió a las calles, ni llegó a los barrios. Poder llegar a niños del oeste es muy gratificante”,

aseguró el director de la Escuela Superior de Bellas Artes, Rodolfo Calógero.