Las huertas familiares mueven la economía de 8.000 neuquinos

De acuerdo al nivel de producción se obtienen fondos con la venta de verduras. En la capital hay 20 predios que se manejan en forma colectiva.

Terapia, agricultura familiar, alimentos saludables y un espacio de socialización es lo que confluye en la Huerta Protegida del Hospital Heller que cumplió ayer 4 años y reúne alrededor de 100 personas. Es un espacio articulado entre el Proda (Programa de Desarrollo Agroalimentario) y el hospital Heller.

En la capital hay cerca de 20 huertas protegidas (algunas de ellas son terapéuticas) y en el resto de la provincia hay otras 50. En toda la provincia 8000 familias son beneficiarias del programa.

“Uno puede vivir de la huerta y alimentarse sanamente y si uno quiere también podes tener unos pesos por las verduras. A los que yo les vendí me han dicho que le encuentran enseguida la diferencia en el sabor, en la consistencia, y en el color porque todo lo que hacemos es natural”, expresó Rosa Fuentes, del barrio Melipal.

Mientras muestra algunos de los plantines de su producción rememoró que hace poco más de tres años la invitaron a participar y “se enganchó enseguida”.

Indicó que si bien una de las características de la huerta es que es terapéutica no hay diferencias entre los pacientes con alguna patología y con la otra gente de la comunidad. “Todos somos iguales. Y cada cual trabaja en su parcela, y nos ayudamos unos a otros. Se va haciendo una cosa muy colaborativa donde todos participan”, mencionó.

Al escuchar la experiencia de Rosa puede percibirse su alegría y emoción de todo lo que ha aprendido. “He tenido de todo un poco. Repollo, puerro acelga, lechuga, y tomate cherry. Por ahí si pasa alguien y pregunta se lo vende”, indicó. Narró que participó en “una cosecha de hongos, y hice escabeche de hongos, así que estuve aprendiendo porque nunca lo había hecho, y hoy hice dulce de pera”.

Al escuchar las experiencias de los huerteros, se repite en cada relato el aprendizaje, la buena onda en el lugar, las experiencias nuevas, la autoproducción y en algunos casos las ventas del excedente.

El director del Proda, Ariel Zabert, comentó que la ubicada sobre calle José Marín y Godoy frente al Hospital Heller, se trata de la primera huerta terapéutica protegida en la provincia. “Estas huertas no son solo espacios reducidos para salud mental, son espacios abiertos para la comunidad. Es mucho más que una huerta, es un espacio de inclusión”, sostuvo Zabert

En la superficie de 30 por 150 metros la producción que se realiza es variada. En las parcelas se producen plantines, hongos, florales, aromáticas, medicinales, hortalizas, compost, y subproductos como cremas.

“Yo me crié en Andacollo y mi mamá siempre tenía huerta. Y ahí todos tenían huerta. Después la sociedad fue cambiando”.

Rosa Fuentes, que trabaja en una de las parcelas de la huerta hace cuatro años.

“Mi tarea es hacer
el compost y buscar las bolsas con verdura que se tiran en el hospital. Antes esto era todo un baldío”.

Diego Mora, paciente de Salud Mental y uno de los pioneros de las huertas.

“La huerta tiene dos objetivos básicos:
el autoconsumo y, por otro lado, que sea un espacio para conocernos y socializar”.

Daniel Bruno, trabajador social del área de Salud Mental del hospital Heller.

Esperan ampliar planes con la llegada de la primavera

Cientos de personas se acercaron ayer a celebrar el aniversario de la huerta del Heller. Hubo una radio abierta, feria de productos de la Agricultura Urbana e intercambios de plantines, semillas y saberes de huerteros de la provincia.

El director del Proda explicó que las huertas protegidas “tienen una estrategia que está atada directamente a la formación y a la capacitación, para que la gente que quiera producir por distintas cuestiones, ya sea económicas, por alimentación saludable, o terapéuticas, comience a producir”.

Durante los festejos se realizó un taller de cosecha y conservación de semillas. Además se aprovechó la ocasión para lanzar el plan estacional “Neuquén Primavera Productiva”, que prevé la realización de una serie de acciones en la época del año de mayor productividad y lograr que los agricultores urbanos neuquinos se inserten con sus productos naturales en el escenario económico y productivo local.

Datos

“Yo me crié en Andacollo y mi mamá siempre tenía huerta. Y ahí todos tenían huerta. Después la sociedad fue cambiando”.
“Mi tarea es hacer
el compost y buscar las bolsas con verdura que se tiran en el hospital. Antes esto era todo un baldío”.
“La huerta tiene dos objetivos básicos:
el autoconsumo y, por otro lado, que sea un espacio para conocernos y socializar”.

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