Las mujeres buscan recuperar su espacio en la informática

La invisibilización de referentes y las desigualdades en el mercado laboral, influyen en la elección. Conseguir mayor equidad es uno de los objetivos.

Las chicas sólo quieren divertirse y programar. Pero muy pocas llegan a hacerlo. Apenas el 20% de los estudiantes de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional del Comahue (UNC) son mujeres.

“Cuando empecé a estudiar en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, en Comodoro Rivadavia, éramos muchísimas mujeres, a fines de los ochenta y principio de los noventa”, contó Lidia López, hija de un exypefiano, cuyo plan original era ser ingeniera. Cursó hasta tercer año, y cuando abrió la carrera de ciencias de la computación llamó a su padre y le avisó que se cambiaba. Hoy es profesora de programación en la UNC y subsecretaria de Tecnología de la Información.

La enorme presencia de mujeres fue decreciendo con la llegada de la computadora personal, “targueteada” para varones, y reforzada por una visión binaria de los juegos en la infancia. Eso podría explicar, en parte, como en la actualidad la Facultad tiene pocas estudiantes, pero muchas docentes.

“Empecé a trabajar rápidamente en una empresa textil, en la parte de sistemas, también trabajé en una juguera, todos mis compañeros eran varones. Era la primera que ocupaba esa posición porque había una demanda organizacional, de gestionar, de tramitar las cosas. Soy la primera siempre, pero después me siguen varones, porque ya la cosa está organizada, el que viene atrás seguro que va a ganar más que yo. Lo que deduzco es que la mujer avanza y cuando la situación tiene beneficios económicos interesantes, el hombre la desplaza”, aseguró López.

Computadoras y referentes

En la UNC se dicta el profesorado en informática, la licenciatura en ciencias de la computación, la licenciatura en sistemas de información y dos tecnicaturas: en desarrollo web y en administración de sistemas y software libre.

Cuando Silvia Soto ingresó a la Facultad no tenía una computadora en su casa. Dijo que se inscribió “más que nada por curiosidad, conocer qué era la computadora, ya de grande tuve una”. La joven de 27 años integró el equipo que desarrolló el software usado en las elecciones universitarias, y que se planteó como alternativo al voto electrónico, que será su tema de tesis.

Para Celeste Ramos, de 30 años, las chicas no llegan “porque hay mucha desinformación”. “La verdad que lo que vemos en la carrera no tiene nada que ver con la parte técnica. Yo creo que todo el mundo debe tener esa idea, computación igual reparación de computadoras, y lo menos que ves es eso”, explicó.

“Pasa mucho también a través de la creatividad, en el momento que queres hacer algún sistema tenes que tener mucho de creatividad, que vos de afuera no lo ves, y te vas dando cuenta a medida que vas haciendo la carrera”, sumó Daniela Manrique de 25 años. La estudiante indicó que le llamó la atención cuando le nombraron a Ada “después de ver tantos tipos por todos lados”.

Augusta Ada King, conocida como Ada Lovelace, es considerada la primera persona que programó una máquina en el siglo XIX. Es un ícono lejano, que no alcanza la medida de los grandes popes.

“Más allá de las figuras de la historia que están invisibilizadas, los modelos actuales de personas exitosas en tecnologías suelen ser gerentes de empresas: Bill Gates, Steve Jobs. Y aunque hay mujeres en liderazgos de empresas, no son los que habitualmente se nos presentan. Los exitosos en la televisión, en las películas, son hombres, blancos, de clase media que en general se hicieron ricos con un invento o con una empresa, y la tecnología no es sólo eso”, aseguró Carolina Hadad, programadora y co-fundadora de Chicas en Tecnología, una organización sin fines de lucro con sede en Capital Federal que busca alentar la participación de las jóvenes en tecnología.

Agregó: “programar es encontrar soluciones a problemas, y si siempre está el mismo tipo de gente eligiendo qué problemas vamos a resolver y cómo lo vamos a resolver hay un montón de cosas que se van a estar dejando de lado. Si no hay suficientes adolescentes que están considerando la tecnología como una opción de carrera, nunca vamos a llegar a tener paridad y equidad en los equipos de trabajo, en las posiciones de liderazgo, porque hay mucha gente que no está accediendo a esto desde el principio”.


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