Madereras y leñeras en riesgo: pocas exigencias contra incendios

Los comerciantes optaron por montar sistemas especiales por iniciativa propia. Desde el 2001 el control dejó de depender de Bomberos.

Dicen los especialistas que en materia de seguridad nunca hay que escatimar en gastos, pero pese a lo que indica la lógica, en Neuquén la prevención es un concepto que no hecha raíces: cada vez que hay incendios las alarmas se encienden, pero las medidas para contrarrestar este tipo de eventos parecen insuficientes.

El lunes por la tarde, cuando se quemó por completo la Maderera Patagonia, quedó al descubierto la falta de controles y más específicamente para un tipo de negocio que es propenso a los incidentes de grandes dimensiones. Quienes trabajan en el rubro aseguran los requisitos para el sector son los mismos que para cualquier tipo de actividad comercial.

Por ese motivo los bomberos de la Policía de Neuquén no dieron abasto, tuvieron que recurrir a las cisternas de agua de un hipermercado cercano, nueve brigadistas se intoxicaron con humo y además tuvieron que recurrir a la ayuda de los voluntarios de Plottier y Centenario para combatir las llamas.

Desde la fuerza provincial prefieren eludir las declaraciones públicas, para no politizar el tema, pero existe gran enojo por la falta de regulaciones y controles por parte del municipio. “Nadie puede entender cómo es que ese negocio estaba trabajando, con tanto material acopiado, sin ninguna medida de seguridad. No alcanza con matafuegos. Incluso tenían maderas en la vereda”, comentó un experimentado brigadista.

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Años atrás, los bomberos tenían el poder de policía en cuestiones de seguridad edilicia, ellos se encargaban de dar el visto bueno en la materia para que luego el municipio otorgue la habilitación. Pero afirman que en el año 2.001 ese paradigma cambió y la inspección comenzó a ser una potestad del municipio.

El problema surgió porque los peritos de la fuerza realizaban el trabajo de manera gratuita y cuando desde la institución intentaron cobrar un canon destinado al fondo de reequipamiento de la policía, el municipio se opuso y recogió el guante.

El control pasó a manos de la comuna y tiene dos instancias: la habilitación edilicia la otorga la dirección de Obras Particulares y la autorización del local que da Comercio.

Ricardo García, dueño de la leñera El Tizón, tiene larga experiencia en el trabajo con maderas y explicó que todas las medidas de seguridad con las que cuenta su local fueron por iniciativa propia. Tiene una cisterna subterránea que le permite combatir un incendio de forma efectiva, pero aclaró que esa instalación fue por iniciativa propia ya que planteó que “hoy con dos sifones de soda te habilitan cualquier comercio”.

Pablo Remezaro, de Neuquén Maderas, detalló que para desempeñar la actividad comercial “lo que tenemos es una habilitación del municipio y siempre te piden medidas de seguridad, sistema contra incendios, plan de evacuación, te piden todo”, en especial “una cierta cantidad de matafuegos cada tantos metros cuadrados”.

Algunos consejos

para evitar incendios

Reguardar la mercadería bajo techo.

Contar con matafuegos y una cisterna de agua.

Distribuir y separar la mercadería para que no se propaguen las llamas.

Limpiar para evitar la presencia de aserrín.

Contar con un protocolo de evacuación.

Los comercios toman sus propias medidas

El rubro de la madera es uno que requiere de especiales atenciones en torno a la seguridad, pero las exigencias del rubro son las mismas que para cualquier actividad comercial.

Pablo Remezano, propietario de la empresa Neuquén Maderas, explicó en su caso han adoptado varias medida para evitar los incidentes. Señaló que uno de los aspectos fundamentales es tener el depósito cubierto para evitar cualquier tipo de sabotaje o incidente: “en año nuevo o navidad te cae una cañita voladora en la madera y podés provocar una catástrofe”, comentó.

Señaló que el stock siempre debe estar bien distribuido y separado con espacios considerables para evitar que se consuma todo. “Si dividís la mercadería, tenés espacios de cemento y generás la división del fuego, un cortafuego, con eso se quema sólo una parte y das tiempo a los bomberos para que lleguen”, explicó.

Ricardo García, dueño de la leñera El Tizón explicó que tiene una cisterna de 5.000 litros con un sistema de bombeo que le permite arrojar 500 litros por minuto con una manguera vinílica ignífuga. Además cuenta con una toma de agua en la vereda para los bomberos.

El comerciante, que tiene 35 años en el rubro, aseguró que “todo este sistema lo instalé por iniciativa propia. Consulté a los bomberos cómo debía colocar la mercancía y siempre respeté”.


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