Un hilo de agua: el caudal del río Limay ya no alcanza ni para remar

En la zona de los clubes neuquinos, la baja es muy notable. Y los clubes de remo sienten la merma: el que no cerró, perdió a la mitad de sus alumnos. Desde que llegó el otoño, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas ahorra agua y se eroga poco a los ríos.

El río, en la zona de los clubes, permanece casi seco. La lama del cauce quedó a la vista y fermenta con los rayos del sol del mediodía. Algunos álamos se atreven a crecer en los bancos de arena y cada vez son menos los que pueden remar en ese hilo de agua que merodea entre el barro.

Ayer a la mañana, en el Albino Cotro, cinco obreros pegaban ladrillos en la zona de las escaleras para hacer una nueva rampa para discapacitados. Otros juntaban hojas, cortaban ramas y emprolijaban el pasto para que, a pesar de la falta de agua, el lugar se vea bien.

Ellos comentaron que hace años que no ven tanta falta de agua. Quienes trabajan en esa zona, señalaban el lugar hasta dónde solía llegar el agua y les costaba creer que se vaya a recuperar el caudal que alguna vez tuvo ese brazo del Limay.

Cuando llegó el otoño, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas decidió ahorrar agua y poco se eroga a los ríos. Al Limay lo bajaron de 350 metros cúbicos por segundo a 300 y lo van a bajar a 250, porque no está entrando agua. “Tenemos espacio en El Chocón, en Cerros Colorados y preferimos ser cautos y acumular agua”, decía Elías Sapag, titular de la AIC hace unas semanas.

Si bien en el río grande se percibe la baja, donde más se percibe es en la zona de los clubes. Dentro de las actividades de esta época, la que se ve más afectada es la de las escuelas de remo. Según comentaron los vecinos la que está en el Albino, tiene cerradas sus puertas.

El Bigua, el club que tiene la escuela más importantes de la ciudad, perdió más de la mitad de sus alumnos. Desde el verano tienen dificultades para hacer los entrenamientos diarios por la falta de agua. “Desde que se supo que el río está contaminado, la gente empezó a venir menos. Siempre en los dos meses de invierno largan mucha agua para vender y después no queda nada”, dijo el coordinador del club y profesor de canotaje, Darío Laredo.

Ahora que pasó el verano, el balance de los clubes dicen que la actividad cayó en general en todos. Si bien hay piletas en algunos, la gente fue poco. A canotaje no se sumó gente y esperan que las cosas vayan peor.

Los hombres de los remos, andan por el río, recorren y ven lo que el agua no se llevó. Dice que se nota en el olor. Que hay muchas más algas, que se juntan y que el río sin fuerza ya no la limpia. En los lugares que se formaron bancos de arena crecen los árboles.

“Antes decíamos, vamos a cruzar al otro lado y era una aventura. Ahora es nada. Antes teníamos 60 alumnos para esta fecha y ahora si llegamos a 20 es mucho” concluyó Laredo.

“Hace años que no veíamos el río así. Bajó muchísimo, mucha gente viene igual a pasar el día, pero es muy poca el agua que corre”.

Roque Cid, uno de los obreros que trabajaba ayer en el lugar.

“No es culpa de la naturaleza, es culpa de los hombres. Yo vivo enfrente y hasta un muchacho muerto apareció con tanta bajante”.

Guillermo, un vecino que vive a 50 metros del balneario Albino Cotro.

“Es una desolación. Hacemos el mantenimiento del balneario para mantenerlo bien, aunque no creo que se recupere”.

Rubén Figueroa, empleado municpal que trabaja en el balneario municipal

En crisis

Datos

“Hace años que no veíamos el río así. Bajó muchísimo, mucha gente viene igual a pasar el día, pero es muy poca el agua que corre”.
“No es culpa de la naturaleza, es culpa de los hombres. Yo vivo enfrente y hasta un muchacho muerto apareció con tanta bajante”.
“Es una desolación. Hacemos el mantenimiento del balneario para mantenerlo bien, aunque no creo que se recupere”.
250 m3
por segundo es lo que va a llevar el Limay en breve. Ya lo bajaron de 350 m3 a 300, según los datos de la AIC.

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