Una salida improvisada sobre ruedas

Paula tuvo que mudarse a un motorhome después de que le anunciaran el aumento del alquiler del departamento. La historia de la neuquina que vive con su hijo en un colectivo acondicionado hasta que esté lista su casa.

La Luna ladra en el hogar de Paula. La cabina del Mercedes Benz 114 del año 62 es el recibidor. Contra el parabrisas delantero los potus que riega le dan vida al hall de entrada. La perra se acomoda en el asiento del chofer y vuelve a ladrar. “Luna vení”, dice Paula. La acaricia y comienza a contar cómo el valor de los alquileres la llevaron a vivir en un colectivo acondicionado como hogar, a cuadras del centro.

En el verano le avisaron que le aumentaban de 6.000 a 8.000 pesos el valor del alquiler del departamento en el que vivía. Según sus cálculos, eso se llevaría un 80% de su salario y Paula tiene un hijo que mantener. Mudarse significaba gastar unas 30 mil pesos en comisiones, sellados y depósitos. La solución le llegó sobre ruedas, más precisamente, en motorhome.

Paula se sienta en el sillón de cuerina para cebar mate. La mesa tienen una carpeta tejida a crochet. Las fotos familiares y otras de ella con su hijo, decoran las paredes. Las cortinas floreadas dejan entrar la luz de la tarde. Medio paso: el baño. Otro medio paso: el dormitorio. Gira y está la cocina con el letrero que avisa “siempre libre”.

En marzo se fue a vivir ahí. Tenía una Duster que también le costaba mucho mantener. Tuvo un accidente, se quebró las dos muñecas y debió dejar las changas que hacía para juntar unos pesos más. Vio el artículo de venta del motorhome, pensó en lo bien equipado que estaba y ofreció un cambio, casi pelo a pelo, que aceptaron.

“Tengo un hijo, no me puede ir a cualquier lado. Cuando uno busca alquilar, todo es inalcanzable. Y si te vas más lejos tampoco es tan barato porque le tenés que sumar el colectivo”, cuenta.

Los antiguos dueños del motorhome lo tenían en Villa la Angostura. Paula invitó a unos amigos y se fueron todos a buscar el futuro hogar. No fue un viaje perfecto, pero llegaron a destino. “Cuando veníamos en camino, saltó un pistón y agujereó el bloque, quedamos más de un día tirados en la ruta”, dice.

En la subida del Collon Cura, lo pasaron de revoluciones y ya no pudieron seguir andando. Pasaron un día y medio ahí. Tenían gas, así que estrenó las comodidades del lugar. Paula cuenta que el colectivo pesa 100 mil kilos y traerlo hasta Neuquén salía un montón de plata. Ella, entre transferencias y demás volvía sin un peso, pero encontró la forma. “Lloraba, porque traerlo, como barato, me salió como 15 mil pesos”, relata con buen humor.

Cuando llegó, debía definir dónde estacionar. Primero lo puso en una dirección y le pareció riesgoso. Después, una familia amiga la dejó estacionarlo frente a su casa: le dan electricidad, cable y comparten gastos. Está cerca de la escuela y del club al que su hijo va a fútbol. Pero la idea es conseguir un terreno cerca de la zona, para tener más amplitud en el verano.

El colectivo está equipado con dos garrafas, una cocina con horno, y un tanque de 500 litros que dura una semana. Hay agua caliente porque tiene calefón, también heladera, un dormitorio ventilado, placard y todo lo que un micro departamento debe tener.

“Hace 9 años estoy pagando mi casa y me dijeron que en un año y medio va a estar. Elegí quedarme acá, porque un año y medio puedo estar así”, dice y cuenta que todavía no define qué nombre ponerle a su casa: “Podía ser Lucía, el nombre de la chica que me lo vendió, o Atahualpa Limay, como mi hijo y verdadero propietario. Para él este es el mejor lugar para vivir. Me dice que lo acondicione para que cuando sea grande pueda salir de aventuras”.

Las dificultades a la hora de alquilar

Algunos de los problemas a la hora de alquilar, según palabras de la Dra. Pamela Gaita, titular de la Unión de Inquilinos de Neuquén (UIN):

Los requisitos para alquilar son estrictos, no sólo por las garantías sino porque ponen cláusulas restrictivas del tipo “sin niños, sin mascotas”.

El reclamo más habitual de la UIN es por la comisión inmobiliaria. Cobran un mes de alquiler, cuando la ley 2538 establece que las comisiones son del 3% sobre el monto total del contrato.

Hay aumentos abusivos. Los que alquilan buscan compensar la inflación a costa del bolsillo de los inquilinos. Incrementos de entre el 40% y el 80% para la renovación de contrato.

Existe un gran problema habitacional, y al mismo tiempo cientos de propiedades vacías. Una gran porción del desarrollo inmobiliario se relaciona con inversión, por lo que existe especulación.

“Hace nueve años estoy pagando mi casa, y me dijeron que en un año y medio va a estar. Elegí quedarme acá, un año y medio puedo estar así”.

Paula, la dueña de la casa rodante.

Una familia amiga la dejó estacionar frente a su casa: le dan electricidad, cable y comparten gastos. Está cerca de la escuela y del club al que va el hijo.

yamil regules

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Datos

“Hace nueve años estoy pagando mi casa, y me dijeron que en un año y medio va a estar. Elegí quedarme acá, un año y medio puedo estar así”.
Una familia amiga la dejó estacionar frente a su casa: le dan electricidad, cable y comparten gastos. Está cerca de la escuela y del club al que va el hijo.

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