Guadalupe, la mujer que peleó desde el primer día

Guadalupe va por la vida con los dientes apretados. La determinación es clara en su rostro. Ese carácter la llevó a luchar a brazo partido desde el principio por la inocencia de Fernando Carrera.

“Mi fuerza son mis hijos”, dice sobre el combustible que la alimenta desde el 2005 para recorrer despachos de abogados, juzgados y oficinas de legisladores.

“Ellos eran chiquitos, él estaba preso, todo lastimado, no teníamos nada. Un día me dije: si me caigo yo y se caen mis hijos, se cae él (por Fernando). Algo hay que hacer”, rememora cuando todos acusaban a Fernando. “Guada fue la que salió a buscar ayuda”, cuenta ahora Carrera.

“No se podía proyectar, nunca sabíamos que iba a pasar al otro día”, recuerda Guada, como le dice su marido, cuando recuerda la incertidumbre ante cada fallo judicial. Ahora el horizonte aparece por primera vez despejado.

“Nuestros hijos son nuestra vida, estamos los cinco juntos y le damos para adelante”, reafirma.

Ayer Guadalupe aún tenía el rostro tenso, pero las sonrisas aparecían con más asiduidad. Sabía que a su familia le espera una etapa mejor.


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