Construcción y un 2016 para el olvido

Será muy difícil recordar el 2016 como un año donde algún indicador de la economía nacional y/o regional haya dado algún resquicio de bonanza. Un recorrido rápido por los principales indicadores macroeconómicos muestra una caída en el consumo a raíz de la poda en los salarios reales, inversiones estancadas, déficit fiscal y deuda externa en crecimiento, y una inflación difícil de domar en un contexto de necesaria actualización de tarifas.

El sector de la construcción en particular, suele ser un termómetro de la actividad económica en general. El primer sector que se reciente cuando la economía está a las puertas de una recesión, y es de los primeros que muestra señales positivas cuando se acerca la reactivación.

El año pasado, el sector fue de los más castigados, y la dinámica de la actividad en la región no logró escapar a la lógica de lo acontecido en el resto del país, pese a guardar en sus entrañas la joya más preciada para los gobiernos de antaño y de hoy, tanto a nivel nacional como provincial: el potencial de Vaca Muerta como generadora de riqueza y derrame de recursos.

Todas las estadísticas disponibles al respecto, confirman una marcada tendencia a la baja el año pasado, y pese al esfuerzo oficial por mostrar “brotes verdes”, los primeros datos de 2017, vuelven a ser desalentadores.

Quizá el dato más crudo que refleja la situación crítica en la región, es el que indica que si se compara diciembre de 2016 con el mismo mes de 2015, se perdieron en la región 2.200 puestos de trabajo en el sector construcción. El número fue estimado por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric) en base a datos del sistema previsional, y surge de sumar los datos para Río Negro y Neuquén. A nivel nacional, la misma cuenta arroja una pérdida de 12.420 puestos.

El último informe del Ieric suma otro dato inquietante que echa más luz aún sobre el difícil momento que atraviesa el sector: entre enero de 2016 y el mismo mes de este año, 71 empresas constructoras dejaron de operar en la región, de las cuales 33 pertenecían a la provincia de Neuquén y 38 a la provincia de Río negro. Toda una foto del momento que atraviesa la actividad en la región y en el país.

A nivel nacional, otro importante indicador del nivel de actividad en la construcción, es el despacho de cemento. El dato es aportado por la Asociación de Fábricas de Cemento Portland (Afcp), e indica que en el acumulado anual, se registró una baja interanual del 10,8% en las ventas de cemento durante 2016. La tendencia pareció revertirse en enero cuando se despacharon 863.000 toneladas y distintas voces se apresuraron a anunciar una reactivación. El balde de agua fría llegó en febrero, cuando el registro indicó ventas por 806.000 toneladas. Una baja del 8,7% en relación al primer mes del año.

El Índice Construya, es otro de los indicadores más tenidos en cuenta a la hora de analizar la evolución del rubro. Elaborado por un grupo de empresas nucleadas en una asociación civil (Grupo Construya), la estadística mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado, de los principales insumos para la construcción (ladrillos cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, pisos y revestimientos cerámicos, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua). La importancia del índice Construya, radica no solo en que abarca un espectro mayor de insumos que la medición de Afcp, sino que al focalizar solo en el sector privado, elimina los vaivenes que puede producir en la estadística la obra pública.

En concreto, la evolución del Índice Construya, confirma una vez más la mala performance durante el año pasado, mostrando una caída interanual del 12,65% entre diciembre de 2016, y el mismo mes de 2015. Los primeros meses de 2017 no son mucho más alentadores: en febrero, el indicador mostró una baja interanual del 6,7% y registró la marca más baja en venta de insumos de construcción de los últimos 38 meses (ver infograma adjunto).

El año electoral y la necesidad de los gobiernos nacional y provinciales de mostrar resultados concretos antes de octubre, permiten pensar que probablemente la obra pública juegue nuevamente un rol crucial para que el sector vuelva a mostrar signos positivos.

Muy diferente resulta la realidad en el sector privado, donde no solo pesan los magros números de la macroeconomía nacional, sino que la coyuntura indica racionalidad y cordura. Sabido es que normalmente, en un año con definiciones políticas y electorales fuertes, los inversores prefieren postergar las erogaciones para el año siguiente.

“Al final de 2017 habremos construido más de 25.000 km de rutas, lo que significa algo inédito para la historia argentina”.

Presidente Mauricio Macri,

durante la apertura de las sesiones en el Congreso.

“Durante este año proyectamos 4.300 viviendas nuevas, una inversión de
$ 3.400 millones y la regularización de 16 asentamientos”.

Gobernador Omar Gutiérrez al dar inicio al año legislativo.

Datos

Datos

“Al final de 2017 habremos construido más de 25.000 km de rutas, lo que significa algo inédito para la historia argentina”.
“Durante este año proyectamos 4.300 viviendas nuevas, una inversión de
$ 3.400 millones y la regularización de 16 asentamientos”.
10,7%
La caída en los despachos de cemento a lo largo del 2016, según la Asociación de Fábricas de Cemento Portland.
2.200
Los puestos de trabajo que se perdieron en la región durante el año pasado, en base a datos del sistema previsional.

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