Creen que Lucas Muñoz estuvo vivo hasta pocos días antes de su hallazgo

El juez de la causa espera que los análisis que se hicieron en el cadáver aporten más información sobre los autores del asesinato.

De la investigación en marcha para esclarecer el crimen del oficial ayudante de la Policía de Río Negro Lucas Muñoz surgen datos que asombran. Fuentes con acceso a la causa reconocieron ayer que la principal hipótesis es que Muñoz estuvo con vida y cautivo hasta pocos días antes que hallaran su cuerpo el 10 de agosto pasado, en un descampado en las afueras de Bariloche.

El dato confirma, preliminarmente, las sospechas de la familia de Muñoz que durante los días que duró la búsqueda alimentó esa hipótesis.

Los investigadores aún no pudieron establecer en qué lugar de Bariloche mantuvieron cautivo a Muñoz durante tantos días.

El hecho produce escalofrío en Tribunales de la calle John O´Connor al 20. Todo indica que los autores del homicidio de Muñoz tuvieron una logística inusual para mantenerlo oculto tanto tiempo. Por eso, las sospechas indican de la posible participación de policías en el hecho.

El funcionamiento de una supuesta banda mixta, que se dedica a la venta de estupefacientes en la ciudad, sigue siendo la principal hipótesis para tratar de explicar el homicidio de Muñoz.

Durante casi cuatro semanas, la desaparición del oficial ayudante de 29 años se transformó en una noticia relevante que acaparó gran espacio en los medios locales y regionales.

Hubo rastrillajes y diligencias para hallarlo. Sin embargo, no hubo ninguna pista firme para ubicar a Muñoz, cuyo cadáver hallaron en un descampado, ubicado a menos de 2 kilómetros de la comisaría 42, donde cumplía funciones.

Muñoz salió de su domicilio antes de las 13 del 14 de julio para ir a trabajar. Subió a un colectivo y descendió en una parada de la avenida Juan Herman, a pocas cuadras de la comisaría 42 del barrio 2 de Abril. Dos agentes lo vieron dialogando con el conductor de un Chevrolet Corsa, gris. Nunca se presentó a trabajar. Al día siguiente, la Policía comenzó la búsqueda formal. Aunque la familia de Muñoz denunció que no lo buscaron desde el principio.

Hallaron el cuerpo el 10 de agosto pasado. Estaba vestido con su uniforme, tenía su arma reglamentaria, su billetera, su celular. Sólo faltaba su mochila. Estaba afeitado y sin indicios en el cuerpo de un prolongado secuestro, lo que desconcertó a los investigadores.

La querella planteó la posibilidad de que lo tuvieron oculto en el predio de la Policía Montada o en el complejo del barrio Nuestras Malvinas, que pertenece al dirigente vecinal Sergio Herrero. El juez de la causa Bernardo Campana ordenó allanar ambos lugares a pedido de la querella. Allí, secuestraron elementos y levantaron indicios que serán analizados por los peritos de Gendarmería Nacional.

Los investigadores esperan que los estudios histopatológicos y toxicológicos a cargo de peritos de la Corte Suprema permitan obtener más datos para tratar de identificar al autor o los autores del crimen.

Como la peritación de los rastros hallados en la Fiat Qubo, que se maneja en absoluta reserva.

El caso Muñoz generó una implosión en la Policía de Río Negro, sobre todo, en las filas de Bariloche y se transformó en un problema mayúsculo para el gobernador Alberto Weretilneck, que dispuso el pase a disponibilidad de comisarios, subcomisarios y oficiales.

El dato

La querella tiene como hipótesis que al efectivo lo ocultaron en el predio de la Policía Montada o en un complejo del barrio Nuestras Malvinas.

Datos

2 km
de distancia había entre el lugar del hallazgo del cadáver de Muñoz y la Comisaría 42ª donde trabajaba.
La querella tiene como hipótesis que al efectivo lo ocultaron en el predio de la Policía Montada o en un complejo del barrio Nuestras Malvinas.

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