El paso del tiempo carcome el juicio Zerdán II

El nuevo proceso sobre la muerte de la bioquímica, ocurrida en 1999, está tardando más que el anterior y ningún testigo aporta información relevante.

A cuatro meses de que comenzó el segundo juicio contra Juan Carlos Aguirre y su hijo, Juan Manuel Aguirre Taboada, por el crimen de la bioquímica Ana Zerdán, ocurrido en 1999, no se han hallado pruebas o testimonios que acrediten su participación en el homicidio.

La única prueba que existía hasta el momento era una huella dactilar, que fue hallada en el laboratorio de la víctima, y ésta fue desestimada por el fiscal Marcelo Gómez a las dos semanas que se iniciaron las audiencias, por contradictoria.

El primer debate por el caso fue en 2008, duró tres meses y los Aguirre (Juan Carlos era pareja de la víctima) fueron absueltos. Un año después el Superior Tribunal de Justicia (STJ) anuló ese fallo y ordenó que se hiciera un nuevo juicio, pero convalidó la prueba. Es por eso que, con aquella misma evidencia, los Aguirre son juzgados otra vez.

El segundo juicio comenzó en mayo, a 17 años del homicidio. Los primeros dos meses y medio proyectaron los videos del primer juicio, y luego comenzaron a llamar a los testigos. Las audiencias se hacen los martes y jueves a las 13.30, según la disponibilidad de los jueces que conforman el tribunal -Julio Sueldo, Florencia Caruso y Santiago Márquez Gauna-. En ocasiones debieron suspenderlas por superposición con otras audiencias. Esto generó un gran retraso debido a que hubo semanas sin audiencias.

A esto se sumó que encontrar a los testigos ha sido problemático: algunos se mudaron a otras provincias, o no pudieron ser notificados o ya murieron.

Otro de los grandes obstáculos que han tenido que enfrentar es el paso del tiempo. Hay testigos que fueron a declarar y se remitieron a ratificar lo que dijeron en 2008 ya que no recordaban nada. Uno de los testimonios más esperado era el del comisario Daniel Uribe, actual jefe de la Comisaría 32, quien fue el que llevó adelante la investigación. Pero su aporte fue acotado y sólo se remitió a la declaración que hizo en el primer juicio.

Entre los testigos de la defensa y de la fiscalía se estima que quedan 15 personas por escuchar. Se presume que para mediados de septiembre se finalizará con esta etapa del juicio y que luego se harán los alegatos.

Para esto ya habrán pasado cinco meses y medio del comienzo. Juan Manuel Aguirre guarda la esperanza de que el fiscal no los acuse, ni a él ni a su padre.

Cuando habla con la prensa dice que está convencido de su inocencia y que tiene plena conciencia de que no se ha hallado una sola prueba que los incrimine. Él sólo tiene un sólo pedido para la Justicia y es “vivir”. Es su único deseo y lo resume en una simple frase: “Quiero vivir, quiero que me dejen vivir lo que me queda de vida porque ya me robaron muchos años”.

Testimonios

“La única prueba que tenían era una huella y apenas empezó el juicio el fiscal la desestimó. Creemos que retirará la acusación”,

dijo a “Río Negro” Juan Manuel Aguirre Taboada, uno de los juzgados.

Hoy mi único deseo es vivir. Quiero que me dejen vivir lo que me queda de vida, porque ya me robaron muchos años”.

Juan Manuel Aguirre, imputado y juzgado dos veces por la muerte de Ana Zerdán.

Datos

15
testigos serían los que resta llamar para que declaren sobre lo que saben sobre la muerte de la bioquímica.
“La única prueba que tenían era una huella y apenas empezó el juicio el fiscal la desestimó. Creemos que retirará la acusación”,

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