La boleta del Loto no apareció y se perdieron 622 mil pesos

Vacante. Así quedó el pozo de 622 mil pesos del Loto que había salido en Roca la semana pasada, ya que sus adjudicatarios no encontraron la boleta correspondiente a la jugada ganadora.

El plazo para hacer efectivo el importante premio venció ayer a las 20, cuando debió comunicarse a Lotería Nacional la pertenencia del monto con el cierre de un nuevo sorteo. Sin embargo, y a pesar de la búsqueda frenética, el comprobante no apareció.

“Es un jugador que viene seguido. Aparentemente, no tiene la exacta; porque trajeron doce boletas y ninguna era”, relató Pablo Marini, titular del kiosco JC, de Tucumán al 1300, donde se vendió el ticket de los aciertos.

Según trascendió, el premio pertenecería a una pareja de personas mayores. Ellos son quienes, semanalmente, van al kiosco y apuestan a los mismos seis números. De hecho, ambos se enteraron de que eran los felices adjudicatarios cuando, una vez más, fueron a hacer la misma apuesta al comercio roquense.

“Ella vino al kiosco, y cuando empezó a decirnos los números nos dimos cuenta de que tenía la jugada ganadora, la que salió hace dos semanas. A pesar de que la información había circulado, ellos no se habían enterado”, relató Marini a “Río Negro”.

Allí, empezó la búsqueda para dar con la boleta ganadora que, finalmente, no apareció. Lo paradójico es que estaban todos los comprobantes anteriores, pero justo el premiado tuvo un paradero desconocido. Y así, el infortunio también afectó al comercio que, como el premio no fue adjudicado, no cobrará la parte que le corresponde por la venta de la jugada ganadora. “Eso es lo de menos para nosotros, porque queríamos que apareciera la boleta”, sostuvo el vendedor.

La fortuna había surgido en la conjunción de los números 11-14- 25-34-37-39, con cinco aciertos en la jugada “Sale o sale”.

En la ciudad hubo un gran revuelo y mucha expectativa por felicitar al ganador. Pero el premio se quedó sin dueño.

El pozo

Ella vino al kiosco y cuando empezó a decirnos los números nos dimos cuenta de que tenía la jugada ganadora. A pesar de que la información había circulado, ellos no se habían enterado”.

Pablo Marini, kiosquero