Macri prioriza la relación económica con China

La reciente visita del presidente Mauricio Macri a China no sólo es oportuna. Era prioritaria. La Argentina no podía estar ausente en la convocatoria realizada por el presidente Xi Jingping del 14 de mayo pasado. En primer lugar, porque China es un actor central en el comercio internacional. Enseguida, porque nuestro comercio con China detuvo su crecimiento en el año 2015 y se contrajo en el 2016. Es hora de explorar la posibilidad de incrementar y diversificar nuestras exportaciones a China, que hoy están compuestas fundamentalmente por distintos tipos de aceites, carnes rojas y de pollo, tabaco, camarones y langostinos y lana sucia. Una buena forma de enfocar la estrategia de diversificación es la de –por ejemplo- mirar qué es lo que hace nuestro vecino Chile, que mantiene desde hace años una política comercial coherente respecto de China. Chile tiene hoy un volumen de comercio con China del orden de los 31 billones de dólares que duplica al de nuestro país.

La oportunidad no puede dejarse pasar desde que China ha sido convocada a participar sustancialmente en el desarrollo de la infraestructura argentina. Una vez ordenado ese capítulo, es importante aprovechar la circunstancia para profundizar y diversificar los vínculos comerciales. Esto incluye tratar de aumentar nuestras exportaciones de carnes rojas, la cuarta parte de las cuales ya se dirige a China. También reforzar nuestras ventas de poroto de soja, que el año pasado cayeron casi un 17%. Pero para equilibrar una balanza comercial que el año pasado arrojó un saldo negativo de 5,8 billones de dólares debiéramos poder hacer más, diversificando.

Volvamos al ejemplo de Chile. El país transandino tiene un acuerdo de libre comercio con China suscripto en el 2005. Desde entonces ha cuadruplicado su comercio con China llevándolo a un volumen del orden de los 31 billones de dólares. Este es un paso clave.

Hoy Chile es el mayor exportador de fruta fresca a China. Casi la cuarta parte del total de la fruta fresca importada a China proviene de Chile. Cuatro veces más que la fruta fresca proveniente de Nueva Zelanda y seis veces más que la que llega desde Australia. También hoy, Chile exporta volúmenes sustanciales de carne de cerdo a China. Desde niveles muy escasos en el 2011, Chile exporta hoy más de 150 millones de dólares de carne de cerdo a China. Como cabía suponer, Chile también exporta a China volúmenes importantes de vino, que el año pasado generaron casi 200 millones de dólares de ventas al gigante asiático.

En los ejemplos antes citados surge evidente que la Argentina puede competir en esos rubros. Pero existe también la alternativa de asociarse con los exportadores chilenos, robusteciendo su actual oferta de los productos antes mencionados y aprovechando canales abiertos. Y hay otros productos que podrían ofrecerse.

El presidente Macri está en lo cierto cuando insiste en que la República Argentina es un gran proveedor de alimentos. Pese a que el sector agropecuario resultó víctima de una presión fiscal y burocrática excesiva durante la última década, el agro argentino se ha puesto ahora de pie. Se necesita una acción conjunta del gobierno y los exportadores privados. Con ella podríamos robustecer los flujos de exportación y evitar que la balanza comercial bilateral con China continúe siendo fuertemente negativa. Con sólo advertir que el mercado chino recibe apenas el 8% del total de lo que exporta nuestro país, la posibilidad de incrementar y diversificar las exportaciones hacia el país asiático surge evidente. Debiéramos aprovecharla.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

Se necesita una acción conjunta del gobierno y los exportadores privados. Con ella podríamos robustecer los flujos de exportación.