El atraso cambiario infla el costo de construcción

“Se mira demasiado cómo se mueve el dólar. Pero lo que hay que observar es cómo se comportó el peso en relación a lo que pasó con otras monedas de socios comerciales argentinos, como Brasil, México o Europa. Y lo que surge es que el tipo de cambio real multilateral sólo se apreció 2% en el último bimestre” fue la sentencia del presidente del Banco Central (BCRA) hace dos semanas, al referirse a la dinámica del tipo de cambio. La expresión del funcionario, buscaba desactivar las alarmas acerca del atraso cambiario, que resuenan cada vez con más fuerza.

La divisa norteamericana es un bien más de los tantos que se transan en la economía nacional. Al igual que con cualquier otro bien o servicio, la comparación entre la evolución del precio del dólar y la evolución del promedio ponderado de todos los precios de la economía (lo que habitualmente se conoce como “nivel general de precios”), permite observar si el valor de la moneda estadounidense se abarató o se encareció en términos relativos.

Si se analizan los datos de los últimos doce meses, se registra que entre marzo de 2016 y el mismo mes de este año, el nivel general de precios creció un 32% (según el IPC Congreso), mientras que el tipo de cambio avanzó apenas un 5,4% durante el mismo lapso de tiempo. En pocas palabras, sale mucho más barato comprar dólares hoy que hace exactamente un año. Algo que habitualmente se conoce como “atraso cambiario”.

El dato es clave para entender lo que sucede en diversos sectores de la economía, en especial aquellos que venden sus productos en el exterior, o aquellos que utilizan insumos importados. Por diferentes factores, la construcción es uno de los sectores que habitualmente se ve más afectado por la dinámica del tipo de cambio. El motivo principal, es que los ladrillos son una de las primeras opciones de inversión para un importante sector de la población, que ante la posibilidad de invertir, suele adquirir una propiedad como refugio de valor. Si el precio de la divisa luce atrasado, muy probablemente será más atractivo para el inversor posicionarse en moneda extranjera, que apostar a los ladrillos.

Otro factor determinante, es que pese al esfuerzo de los operadores de mercado por establecer las tasaciones en pesos, la compra venta de propiedades sigue tomando como referencia el precio del dólar para determinar el valor de los inmuebles. “Quien tiene una propiedad y desea venderla, piensa el precio en dólares, y es muy difícil desactivar ese razonamiento”, explicó a Clasificados Río Negro un reconocido operador inmobiliario de la zona.

Al observar la información respecto a la evolución de los costos de construcción durante los últimos dos años, no quedan lugar a dudas acerca de la influencia que ejerce el hecho de que la cotización del dólar “corra desde atrás” a la inflación. Un reciente relevamiento del sitio especializado “Reporte Inmobiliario” acerca del costo de edificar un departamento de dos ambientes en la ciudad de Buenos Aires, muestra que principios de 2016, la fuerte devaluación del peso producto de la salida del cepo cambiario, significó que el precio de construir un metro cuadrado (m2) en dólares, se redujera notablemente hasta tocar los u$s 938, el valor más bajo de los últimos cinco años. Sin embargo, el fuerte incremento de los precios internos a lo largo de 2016, hizo que el precio del m2 de construcción en dólares se recupere rápidamente, ubicándose hoy en u$s 1.185, un precio muy similar al que se registraba en el año 2015 (ver gráfico adjunto).

Si se mide en pesos, la evolución de los costos de la construcción es mucho más consistente con lo registrado en el resto de los precios de la economía nacional. Es así que durante el último año, el precio de construcción del m2 creció un 33,14%, ubicándose actualmente en los $18.486. Si la comparación se realiza en relación a marzo de 2015, el costo de edificar un m2 aumentó un 78,74%.

De mantenerse esta tendencia en lo que resta del 2017, sumado a las altas tasas de interés establecidas por la autoridad monetaria para contener el avance de los precios, es muy difícil pensar en una fuerte recuperación de la actividad en la construcción que no sea la provocada por el incremento de la obra pública, en vísperas de las elecciones legislativas.

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