El imprescindible rol de un arquitecto en un proyecto

El involucramiento de un profesional a la hora de construir para algunos es un gasto de dinero. Pero no sólo es obligatorio, sino que se trata de una inversión para cuidar otra más grande.

Con el objetivo de abaratar costos para la construcción de una vivienda, se suelen cometer errores muy comunes que a futuro pueden ser mucho más que un simple dolor de cabeza. Y una opción tentadora suele ser la de llevar la obra adelante sin la planificación y acompañamiento de un arquitecto.

A priori pareciera que esta decisión genera un importante ahorro económico, pero el gran margen de error que esto habilita, puede lograr que los costos se dupliquen. A corto y largo plazo la falta de un profesional puede generar una incalculable cantidad de inconvenientes.

En primer lugar significa una escasa capacidad de planeamiento y proyección. En segundo lugar una construcción realizada por un arquitecto promueve la seguridad de la vivienda, y esto es porque trabaja bajo las normativas del Colegio de Arquitectos, quien brega por la seguridad de la obra y la calidad pero sobre todo por los intereses del cliente.

El presidente del colegio de arquitectos de Neuquén Diego López de Murillas explicó que más allá de los beneficios de trabajar con un profesional “el involucramiento de un arquitecto en una obra no es opcional es obligatorio, no se puede ejercer la práctica ilegal de la construcción”.

A corto plazo la participación de un arquitecto ayuda al aprovechamiento del terreno que se disponga en un 100%, y evita que queden espacios inutilizables en el futuro.

Y a largo plazo cuando un profesional lleva adelante el diseño de obra tiene en cuenta ampliaciones próximas. Generalmente se suelen planificar viviendas con varios ambientes, con la capacidad de construirlas por etapas.

En principio esto genera un ahorro en materiales debido a que no se colocaran aberturas o paredes en lugares que luego deben ser tiradas abajo. Pero también ayuda a que no queden ambientes mal colocados, como habitaciones en zonas transitadas de las casas o baños sin ventilación hacía el exterior.

“Muchas veces la gente cree que el ejercicio de la arquitectura tiende a cierta banalidad estética y no es así. Además de que es un pilar importante que tiene que ver con ciudades amables también tiene que ver con el uso eficiente de la energía”, expresó Murillas. Y agregó que la labor de un arquitecto también tiene que ver con “la administración correcta del dinero a invertir, para no caer en el método prueba y error e improvisación que muchas familias recurren y que termina saliendo muy caro”.

En concreto la labor de un arquitecto es amplia y debe verse como una inversión para promover la eficacia y la seguridad de un inmueble. Controla que la obra se lleve a cabo de acuerdo a los planos, las características específicas de cada terreno, los plazos previstos y los montos previamente presupuestados.

El profesional está al tanto de las normativas y evita posibles errores de un albañil. Además analiza las mejores opciones en materiales y en el tipo de construcciones, de acuerdo a las características de la zona y el presupuesto del cliente.

Con respecto a los honorarios el presidente del Colegio de Arquitectos dijo que “la contratación de un profesional, al contrario de lo que piensa la gente que es muy oneroso, no solo es muy barato sino que te termina defiendo la inversión ese conocimiento”.

Y precisó que “un proyecto ronda entre el 3% y el 4% de la inversión total de lo que vas a hacer. Y la dirección de obra aproximadamente también entre el 3% y el 4% de la inversión total”.

Entre el proyecto y la dirección de obra se gasta aproximadamente un 8% de la inversión total.

“El ayudante de albañil gana más que un arquitecto, la diferencia es que ellos tienen que estar únicamente en una obra y uno puede dirigir más”, cerró Murillas.

Datos

“Muchas veces la gente cree que el ejercicio de la arquitectura tiende principal y únicamente a cierta banalidad estética y no es así. Se trata de otras cosas”.

Errores

técnico-constructivos

“Los arquitectos saben cuál es la superficie que tiene que quedar libre del terreno, los indicadores urbanos de cada lugar, etc.”,

expresó el arquitecto Diego López de Murillas.

Datos

8%
del presupuesto total es lo que se debe invertir en un arquitecto para el proyecto y la dirección de obra.
1004
es el número de ley que regula los honorarios de los arquitectos.
“Muchas veces la gente cree que el ejercicio de la arquitectura tiende principal y únicamente a cierta banalidad estética y no es así. Se trata de otras cosas”.
Para llevar adelante una obra además de uno o varios albañiles se necesita un profesional competente, llámese ingeniero, técnico o arquitecto, para evitar “errores técnico-constructivos”.
El presidente del Colegio de Arquitectos, Diego López de Murillas, expresó que “estos errores es algo que pasa muy a menudo, producto de la no intervención de un profesional”.
Y reflexionó que “la economía argentina hizo que prescindamos de los haberes de cualquier profesión, los papeles de la AFIP los llevamos nosotros, nos automedicamos. Excluimos a los profesionales de cada área y en construcción pasa lo mismo”.
Los errores más comunes son paredes con humedad, con salitre, fisuras en las vigas, instalaciones que no anden de forma correcta, el mal uso de los terrenos, entre otros. Son errores evitables que de no ser tratados como se debe incrementan el costo en un gran porcentaje. No podés exigirle a un albañil que hizo todo de buena fe y basado en su experiencia la resolución de temas que son complejos y que necesitan de cierto saber”, concluyó el arquitecto.
“Los arquitectos saben cuál es la superficie que tiene que quedar libre del terreno, los indicadores urbanos de cada lugar, etc.”,

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