Un fenómeno multicausal

El índice del 2016 fue el más alto de los últimos 14 años. En el gobierno insisten con una visión parcial, enfocada sólo en la pata monetaria del flagelo.

La semana

Fue en enero del 2016 cuando el exministro de Hacienda Alfonso Prat Gay pronunció una de sus frases más célebres durante su permanencia en el cargo: “Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos”, manifestó el exfuncionario.

Exactamente un año después, la frase se hizo realidad para miles de trabajadores en la región. Vaya si lo sabe el sindicalista Guillermo Pereyra. “Lógicamente que (el trabajador) va a ganar menos, pero va a poder disfrutar de su familia”, indicó el dirigente esta semana para intentar morigerar con palabras el fuerte impacto salarial del acuerdo que acababa de rubricar con el gobierno nacional.

La merma en los haberes de quienes trabajan en el shale oil llegaría al 30%. Esa es la condición que habrían puesto las empresas del sector para garantizar el flujo de inversión mínimo necesario para mantener el nivel de actividad. Bajar costos y mejorar la productividad es el objetivo.

El escaso nivel de reacción del mismo sindicato que hasta ayer nomás reclamaba por el impuesto a las Ganancias sólo puede obedecer al riesgo que corren las fuentes laborales. En definitiva, “el que avisa no traiciona”.

La lucha contra la inflación


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