Hongos: oportunidad para emprendedores

economÍa regional

Los emprendedores neuquinos cuentan con una interesante y rentable propuesta al alcance de la mano: la producción de hongos comestibles.

Desde el 2005, y con la dirección del Ing. Cristian Starik, funciona en la localidad de San Patricio del Chañar un laboratorio especializado en la materia, que ya ha cobrado relevancia a nivel nacional.

Existen dos formas de producir hongos. La primera es extensiva, en la cual es necesario utilizar una superficie mayor, pero a la vez requiere una inversión mucho menor y se realiza sobre troncos. La segunda es intensiva o industrial, exige una superficie más chica, se realiza sobre sustrato y requiere un nivel de inversión superior.

Para la producción extensiva se necesita mínimamente un cuarto de hectárea, dependiendo de la cantidad de troncos que uno quiera implantar. Además de los troncos y la semilla a utilizar, debe construirse un sombreadero, para lo cual se debe contar con postes, alambre y media sombra. Por último, el criadero necesita un buen sistema de riego, en lo posible mecanizado.

En este tipo de producción, el período de cosecha se da en el otoño y la duración depende exclusivamente de los factores climáticos y las condiciones estacionales de cada año. Por ello la producción obtenida anualmente es impredecible.

Para la intensiva o industrial se requiere una construcción de mampostería con al menos 80 m² cubiertos. Estas salas se climatizan por medio de una serie de equipos que controlan la temperatura, la humedad, la luz y la ventilación, por lo cual la inversión es mucho más alta. Sin embargo, en este tipo de producción, la recolección se da semanalmente durante todo el año.

El proceso consiste de cinco etapas: elaboración del sustrato, descontaminación térmica, siembra, incubación y fructificación.

El producto obtenido de ambas formas de producción difiere notablemente. El hongo de troncos tiene mayor tamaño y contenido de fibras, mientras que el de sustrato posee más proteínas y es mucho más homogéneo en tamaño.

El uso de ambos tipos de hongos también es distinto. El de tronco generalmente se utiliza para disecado, dada su obtención en un período corto de tiempo y la necesidad de comercializarlo durante todo el año. El de sustrato, por el contrario, se destina para su comercialización en fresco, dada su cosecha abundante y continua durante todo el año.

Los productores suelen iniciarse en el hongo sobre tronco y al involucrarse más en la tarea y comprobar que dicho tipo de producción es un poco impredecible e inestable, comienzan a pensar en migrar al tipo industrial.

Existe, además, en la localidad de Aluminé una planta de elaboración de sustrato, la cual utiliza como insumo las semillas producidas por el laboratorio. El sustrato es la base para la producción a nivel industrial y consiste en una mezcla de residuos, los cuales son procesados e implantados con la semilla.

De esta manera, cuatro de las cinco etapas del proceso intensivo de producción son realizados en la planta de Aluminé, aliviando la carga del productor, que sólo debe dedicarse a la última fase, la fructificación.

Se reducen así los requerimientos de superficie e inversión necesarios y se amplían las posibilidades para iniciar la tarea.

El mercado en Neuquén

En cuanto al mercado de los hongos en la provincia, lo que se destaca desde hace años es una demanda insatisfecha, por lo cual la capacidad de absorción del mercado sigue siendo importante. El margen de crecimiento para la oferta es amplio.

La mayoría de los productores se las arregla para vender por su cuenta, sin una cámara u organización que los nuclee ni una cadena de comercialización formal. Esto genera una gran dispersión de precios, los que pueden ser muy altos o demasiado bajos, dependiendo quién sea el oferente.

Un porcentaje importante de los productores aún no cuenta con la habilitación necesaria en sus establecimientos, lo que les impide acceder a la venta en los comercios o cadenas de supermercados, y deban volcar toda su producción al sector gastronómico o a terceros.

Dos son las especies cultivadas en el laboratorio. La primera es la conocida como “gírgola”, la que puede ser implantada tanto en tronco como en sustrato. La segunda es un hongo japonés llamado Shiitaki. Dentro de cada especie existen distintas cepas, que ofrecen diversidad de formas, tamaños, color y productividad, las cuales son elaboradas y resguardadas mediante el banco de germoplasma.

Una nueva arista de la producción que comenzó a desarrollarse este año a través del laboratorio es la recolección de hongos silvestres. Existe en Neuquén gran cantidad de plantaciones de pino ponderosa, tanto privadas como propiedad de Corfone. Debajo de dichos árboles crece una especie de hongo de altísimo valor comercial. Según un relevamiento que desde el laboratorio se realiza, desde hace cuatro años, el valor de lo que se está desperdiciando en las plantas sin recolectar es muy significativo.

A la vez existe un mercado ya consolidado para el hongo seco de pino, que hoy por hoy es cubierto con uno chileno de calidad muy inferior.

Por tal motivo, se trabaja actualmente para formar y capacitar grupos de recolección en el interior de la provincia y en salas de procesamiento debidamente habilitadas por Bromatología, donde se certifique y avale el producto como comestible.

Las perspectivas de la actividad son más que prometedoras y ofrecen para la región una oportunidad de negocio muy poco explotada.

El incentivo a los emprendedores mediante el asesoramiento gratuito, el acompañamiento en el inicio del trabajo y la asistencia financiera ponen por delante a los productores posibilidades con las que pocas actividades cuentan.

diego penizzotto

diegopenizzotto@rionegro.com.ar

Cultivo de hongos

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