La mancha negra del peral afecta la región

La incidencia del patógeno aún es incipiente, pero ya se registraron casos en tres localidades del Alto Valle y Valle Medio. La infección se da desde la primavera hasta luego de la cosecha.

Por

Ing. Agr. Susana Di Masi

INTA EEA Alto Valle

En los últimos años se ha detectado la presencia de una nueva patología en las principales variedades de pera de Valle Medio y Alto Valle.

El patógeno identificado es Stemphylium vesicarium en su etapa asexual y Pleospora allii en la sexual. Ambos estados producen síntomas en hojas y frutos. El ciclo del hongo es similar al de la sarna del manzano y del peral, comienza con la liberación de ascosporas en primavera, logrando la infección primaria y a partir de ahí, con sucesivas infecciones secundarias por medio de conidios, cada vez que las condiciones climáticas son propicias.

En estudios ya realizados por INTA se verificó el desarrollo de los dos ciclos en la zona.

Por el momento, la incidencia de esta enfermedad es incipiente en la región, se ha registrado en muy pocos montes de perales, pero ya se lo ha diagnosticado en las variedades Williams, Packhams y con mayor frecuencia en D´Anjou, ubicadas en tres localidades diferentes de Valle Medio y Alto Valle.

Los síntomas se presentan en hojas, produciendo manchas necróticas en forma de “V” siguiendo las nervaduras y cuando el ataque es importante se produce la desfoliación de la planta. La infección se puede dar desde primavera hasta luego de la cosecha.

Las manchas sobre frutos son circulares, marrones oscuras, de consistencia dura y un poco deprimida, de tamaño variable y rodeadas de un halo rojizo en algunas ocasiones. Aparecen en el campo o luego en la etapa de poscosecha, durante la conservación. Si no se conocen bien los síntomas, éstos se pueden confundir con los que produce Alternaria spp, un hongo muy común en la zona.

Esta patología produce importantes pérdidas en zonas productoras de Europa donde comenzó su presencia en Italia, para luego distribuirse en otros países productores de peras de variedades susceptibles. En Girona, por ejemplo, hoy tienen una superficie importante de cultivos gravemente afectados, con pérdidas económicas que pueden llegar hasta el 90% de la producción. En el resto de España, existen referencias de ataques en Lérida, Huesca, Navarra, La Rioja y Asturias.

Las condiciones ambientales para el desarrollo de la enfermedad son: más de seis horas de hoja mojada, con un óptimo de 15 horas. La temperatura para iniciar la infección tiene un rango de 12 a 32ºC con un óptimo entre 20 y 25ºC y la incubación se produce en un periodo entre seis y doce días según la temperatura.

Para su control, los mejores resultados obtenidos en otros países, se logran limitando, los riegos y otras prácticas culturales que reducen la humedad ambiental como el mantenimiento del suelo desnudo y con buen drenaje.

Por otra parte, la reducción de inóculo en la parcela se consigue eliminando los restos de hojas con picado y/o enterrado y juntando y retirando los frutos o enterrándolos para favorecer su descomposición. La aplicación de fungicidas es también una herramienta, según la literatura de otras regiones, pero sólo en aplicaciones preventivas a calendario fijo, cuando la presión de inóculo es alta o considerando los pronósticos de lluvias y los periodos de riesgo de infección cuando hay menor presencia del hongo en el campo.

Dato

Datos

Las variedades afectadas por la enfermedad en la región: Williams, Packham’s y con mayor frecuencia en D’Anjou.
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