Producir más con menos agua

Los sistemas de riego de la Norpatagonia son técnicamente mejorables, aplicando en ellos manejo y tecnologías que den soluciones a problemas existentes en las chacras, produciendo más, usando menos agua y mejorando en definitiva su eficiencia.

Ingenieros reinoso/Muzi/ zelmer/Martínez

INTA EEA Valle Inferior Rio Negro

La eficiencia de riego es una variable dinámica, fluctúa no sólo con el método sino que también a lo largo de la temporada, en cada evento de riego y en cada sector de riego dentro de la chacra. Entonces, ¿cuál es el mejor método de riego?

No existe “el mejor” método, sino que se debe utilizar aquel que sea el más apropiado para cada situación productiva. Cada sistema de riego tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Los métodos de riego por gravedad tienen claras ventajas respecto a los métodos presurizados en cuanto a los costos de inversión y operativos. Por otro lado, los presurizados utilizan menos agua para distribuirla uniformemente, permiten fertirrigación, se pueden automatizar, entre otras.

Ahora bien, en el análisis de cada situación productiva en particular debe tomar en consideración una serie de aspectos entre los que se pueden mencionar la textura y profundidad del suelo, la topografía, grado de la pendiente, la fuente de agua, el caudal del cual se dispone y su calidad. También se debe tener en cuenta el cultivo, sensibilidad o tolerancia al déficit hídrico, el valor de la producción, la mano de obra, la energía (eléctrica, gas oil, gravedad, etc), disponibilidad financiera, capacidad de gestión, entre otras.

Para maximizar la eficiencia de la aplicación de agua, que es la fracción del agua aplicada que es utilizada por el cultivo, es necesario que el sistema esté correctamente diseñado, manejado y conservado. Un aspecto de manejo muy importante en el ahorro de agua es planificar los tiempos reales de riego necesarios en función de los caudales disponibles, optimizando la cantidad de agua aplicada, en base al conocimiento de la cantidad de agua almacenada en el suelo antes y después del riego, siempre y cuando la distribución de agua sea homogénea en toda la superficie.

Tan importante como el aspecto técnico y económico es el factor humano. Los usuarios del sistema de riego deben estar debidamente formados en los equipos que manejan, conocer las variables involucradas que permiten sacar el mayor rédito al sistema, experiencias de otros regantes, etc, con el fin de realizar una utilización racional del recurso.

Con el objetivo de otorgar herramientas y conocimientos sobre métodos de riego a los productores, profesionales y estudiantes del valle inferior del Río Negro se llevó a cabo un taller denominado “Buenas Prácticas de riego” con la participación de más de 50 personas. El mismo fue organizado por INTA, IDEVI, DPA, UNRN, UNCO, la Agencia de Desarrollo y el Consorcio de Riego, donde se trabajó sobre los sistemas de distribución extraparcelaria del agua (canal principal, canales secundarios, compuertas).

También se trataron cuestiones teóricas y prácticas sobre el suelo con relación al agua y de los métodos de riego, realizándose actividades prácticas de evaluación de eficiencia de aplicación del agua en riego gravitacional, por aspersión y por goteo.

Es indispensable mejorar el uso del agua en los valles de la Norpatagonia, aportando soluciones de manejo, tecnología y gestión que permitan avanzar hacia la eficiencia y sostenibilidad.


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