Adiós a un tradicional comercio neuquino

Tras 47 años su propietaria, una reconocida vecina de la ciudad, deja el local para “estar tranquila” en su casa.

Beba Fittipaldi dejará el mostrador en pocos días. Después de 47 años el “Centro de artesanía y Diseño”, que tradicionalmente los neuquinos visitaron en la esquina de Ministro González y Santa Fe, cerrará sus puertas. “Quiero estar tranquila en mi casa”, comentó la comerciante sobre los motivos del cierre.

Coqueta, entradora y risueña sigue atendiendo a los clientes que se llevan lo que le queda en paredes, mostrador y anaqueles, que al igual que todo lo que está en el local, también están en venta antes del cierre.

No deja la tradicional esquina de diseño y regalos por razones económicas, sino porque evaluó que es tiempo de quedarse en casa y hacer otras cosas.

Con una voz que trasunta un buen temple y firmeza, pero que a su vez lleva simpatía con la gracia de una bailarina mientras atiende a los clientes; nos escruta de un solo vistazo y explicó que deja el comercio porque tiene ganas de quedarse en su casa.

Dijo que la ayudó a esta decisión que debe iniciar una serie de estudios médicos y cuidados personales que la tendrían alejada de la vidriera, y junto con su esposo, definió que “ya era tiempo, estoy cansada”.

“Tengo edad para dejar de trabajar, quiero estar tranquila en mi casa. El local es mío y ya lo tengo alquilado. En septiembre van a poner acá un Pet Shop”, dijo Teresa Elisa Fittipaldi quien sostuvo que “voy a extrañar mucho esto: estar con la gente. Las madres fueron clientas mías, ahora lo son las hijas; son muchos años” explicó.

Beba estudió diseño de interiores y escenografía en el Colón y en al facultad de arquitectura. Hubo un tiempo que tuvo su propio estudio en la galería Española donde vendía artesanías exclusivas de artesanos que conocía en Buenos Aires, hasta que decidió instalarse con el negocio, hace 47 años.

Este tiempo “me dejó clientas que al cabo de los años se transformaron en amigas, la experiencia de un buen comercio, la tranquilidad de conciencia de que nunca estafé a nadie”, planteó.

En estos días en que la mercadería se va rápidamente debido a la liquidación “tengo angustia, porque es toda una vida, son muchos años. Pero tengo muchas cosas para hacer. Tengo un jardín muy grande, una casa de la que ocuparme y cosas que no he podido hacer en estos años: como estudiar algo que me guste, hacer gimnasia o ir a un taller literario. O nada, que me gusta mucho también”, sonrió Beba.

“Me dejó clientas que al cabo de los años se transformaron en amigas y la tranquilidad de conciencia”,

contó Beba Fittipaldi, comerciante neuquina, desde 1970.

Datos

“Me dejó clientas que al cabo de los años se transformaron en amigas y la tranquilidad de conciencia”,

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