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Cuánto cuesta calefaccionarse este invierno

Contar con gas natural por red es lo que en verdad marca la diferencia en la calidad de vida y en la economía familiar en los meses invernales. Incluso con el denostado tarifazo en el servicio, las demás alternativas para calefaccionarse son mucho más onerosas.

Por Redacción

25/05/2017 15:18

Las escalas para segmentar una sociedad desde parámetros socio económicos son siempre arbitrarias, pero hace ya un buen tiempo que en Bariloche existe un indicador que no falla.

El acceso al gas de red establece una frontera determinante entre quienes tienen ese servicio incorporado a su vida cotidiana y los que deben hacer cuentas y más cuentas para ver cómo llegan para cubrir las necesidades mínimas de cocina y calefacción.

Aun después de los últimos tarifazos dispuestos por el gobierno nacional para el gas natural, lo que paga una familia tipo por ese combustible es insignificante en relación a lo que necesitaría para adquirir las garrafas o la leña que le aseguren el mismo poder calórico.

Con los actuales valores una casa de consumo medio/alto que tiene gas de red gasta en invierno unos 370 pesos mensuales. Si aspira a dar el mismo uso a sus calefactores, su cocina y termotanque con gas envasado necesitará no menos de 6.500 pesos.

En los hechos, muchos usuarios no gastan eso y se resignan a pasar frío y encender sus artefactos lo mínimo posible. Otros dosifican el uso del horno. Y en las tomas de tierras abundan los que están “colgados” de la línea eléctrica y se calefaccionan y cocinan con ese insumo.

A esos contratiempos hay que sumar lo engorroso del transporte, ya que el combustible vital no llega por un caño sino que hay que ir a buscarlo a la distribuidora.

El Estado busca mitigar esa desigualdad con la implementación del plan Calor, que asiste a unos 4.500 hogares y funciona sólo como un “complemento”, según se encargan de aclarar a cada paso los funcionarios.

La provincia entrega una garrafa por semana en forma gratuita a cada familia, que se anota previamente en un registro.

El municipio asegura dos metros cúbicos de leña por familia en toda la temporada invernal o bien ocho garrafas. Algunos optan por un metro de leña y cuatro garrafas.

Además, está disponible la garrafa de 10 kilos a valor subsidiado, que el año pasado tenía un precio de 97 pesos y hoy cuesta 135 pesos.

El municipio comenzó a distribuir el plan Calor la semana pasada. El lunes le tocó el turno al barrio El Frutillar y antes del viernes pasará también por El Maitén, Cooperativa 258 y Nahuel Hue.

El secretario de Desarrollo Social, Carlos Sánchez, dijo que el listado de beneficiarios se elabora a través de las juntas vecinales y los centros de Articulación y Atención Territorial del municipio, cuyo personal realiza los relevamientos sociales.

Admitió que el plan Calor no llega a todas las viviendas sin gas de red. Uno de los límites tiene que ver con la situación laboral del solicitante. Si son empleados del municipio o de la provincia no son admitidos.

Un caso especial es el del barrio 645 Viviendas, que cuenta con red de gas pero la empresa Camuzzi no habilita el servicio por falta de capacidad del gasoducto Cordillerano. Allí todas las casas son abastecidas en forma gratuita con gas en tubos que distribuye la provincia.

La misma veda de conexiones afecta a numerosos edificios céntricos, cuyos propietarios o inquilinos dependen de los costosos cilindros de gas envasado, o han instalado zeppelines.

La presidente de la Junta Vecinal de El Frutillar, Betina Fernández, dijo que la gente está ávida de recibir la leña “como todos los años” y que saben de antemano que no les alcanzará para más de una semana.

“Todo esto no haría falta si hubiera buen trabajo para todos”, señaló la dirigente. Dijo también que en su barrio está en ejecución la red de gas, aunque la obra “está parada desde hace un año”. Estimó que una vez que puedan conectarse “será un problema menos para el municipio y cambiarán muchas cosas para los vecinos”.

Otra dirigente barrial, Virginia Gualmes, aseguró que para sus vecinos deben lidiar también con el costo de transporte de la leña o la garrafa, algo de lo que se despreocupa aquel que tiene gas natural.

Para quienes no tienen vehículo la solución más a mano es la despensa del barrio, donde la garrafa de 10 kilos llega a costar 260 pesos. “La gente ahorra todo lo que puede –explicó–. Si usa el gas sólo para cocinar, y sin hacer pan, pueden estirar la garrafa dos semanas”.

La leña se emplea para la salamandra o el tacho y cuando hace frío un metro cúbico no dura más de diez días.