El puerto de San Antonio inicia una temporada sin conflictos laborales

Distintos sectores del circuito frutícola ya cerraron acuerdos paritarios. Los portuarios reconocen que sera un año duro. La crisis redujo puestos de empleo.

El puerto de San Antonio inicia una temporada sin conflictos laborales

Avanza febrero y el puerto de San Antonio Este sale de su letargo. La temporada frutícola 2018 se prevé con bajos volúmenes exportables en relación a la media histórica, aunque un poco mejores que en el 2017. Esperan un período sin conflictos con los trabajadores, ya que los diferentes sindicatos cerraron sus acuerdos paritarios con la patronal, con aumentos que rondan el 15 por ciento.

La semana pasada fue el turno de los estibadores del Sindicato de Obreros Portuarios (Sopsao) quienes firmaron en la Secretaría de Trabajo un incremento del 14 por ciento en el básico y otro 23 en los ítems correspondientes a productividad y otras variables.

“Hasta junio tenemos cerrado, después nos sentaremos a discutir la post temporada”, dijo a “Río Negro” Julio Cullumilla, secretario general del gremio. Explicó que la Terminal de Servicios Portuarios, Patagonia Norte, suma 112 obreros y se logró el reciente pase a planta de dos trabajadores. El compromiso es incorporar otros 8 en 2019.

Los empleados portuarios reconocen que es un año “crítico” por lo que valoran lo que pudo obtenerse en la última negociación paritaria.

El sector se ve afectado por la baja exportación registrada en los últimos años “porque se acorta la temporada” y decae la productividad.

El reclamo de los trabajadores del puerto es que se incrementen las tareas para poder obtener mejores ingresos durante más meses.

Con el acuerdo logrado la semana pasada, un “capacitado” cobrará entre 16 y 17 mil pesos de básico durante todo el año, mientras que unos dos mil pesos menos recibirá el estibador de categoría más bajas. Esa cifra aumenta a 30 mil para la estiba y cerca de 70 mil para los guincheros.

No solo la caída de la producción en los últimos años redujo el empleo y las ganancias de los obreros, sino también la tecnologización de las tareas. “De las 30 personas que incluía lo que se denomina una mano de carga años atrás, pasamos a 10 para contenedores y unos 8 ó 9 para los buques bodegueros”, expresó Cullumilla.

También hubo cambios en los sectores, ya que algunos operarios que se desempeñaban en el muelle y en los buques, pasaron cumplir tareas en las salas de transferencia y consolidado, donde se descarga la producción que llega del Alto Valle en camiones y se la pasa a los contenedores o camiones playos que la trasladan hasta los barcos.

La actividad de la estiba en el puerto se divide en los sectores de muelle, sala de transferencia, consolidado, playón de contenedores vacíos, bodegas y cubiertas de los buques y el pontón flotante para barcos pesqueros.

En cada uno de esos sitios, con algunas diferencias se desempeñan trabajadores que cumplen diferentes roles. Los estibadores, montados en zorras eléctricas, descargan los camiones que llegan desde el Valle y dejan los pallets en la sala de transferencia. Junto a los maquinistas, que se trasladan en los clark o autoelevadores -más grandes que las zorras- completan los contenedores o cargan los camiones playos, según deba completarse un barco containero o un bodeguero.

Los guincheros, operarios capacitados que se ubican en los guinches propios de cada embarcación o en la enorme grúa del puerto, son quienes desarrollan la compleja acción de transportar los pallets o los contenedores desde el muelle al barco haciéndolos “volar” por las alturas con maniobras precisas.

Todo el proceso, que en algunos momentos adquiere velocidad vertiginosa y una sincronización muy aceitada, es seguido de cerca por los apuntadores, muchos de los cuales se trasladan en pequeñas motos por el viaducto entre los diferentes sectores.

Los sensoristas verifican el frío y la calidad de la producción y los bodegueros organizan la carga en los buques para aprovechar el espacio al máximo. Los gangueros, por su parte, colaboran con los guincheros, para dar precisión a la tarea.

Cada trabajador realiza su tarea en forma coordinada con sus compañeros para en el menor tiempo posible estibar toda la carga en los espacios disponibles de cada barco, tal como fue acordado por los exportadores y sus clientes que la esperan en algún lejano destino

En cifras

Esperan más volumen de fruta que

el año pasado

Enero comenzó con mejores volúmenes que el año anterior y se prevé que será una temporada levemente mejor a la última, considerada la peor la historia.

En cuanto a las expectativas en relación a la zafra y las ventas, el gerente de la Terminal de Servicios Portuarios Patagonia Norte Cristian López consideró que es probable que este año se registre un “leve crecimiento”.

Esperan llegar a los 180 mil pallets, unos 30 mil más que el año pasado. Significaría unos 40 barcos en total, cifra muy baja si se la compara con los 170 buques del 2005. “Para lograr el equilibrio deberíamos atender unos 60 barcos exportando como mínimo 300 mil pallets, pero creemos que vamos a estar muy lejos de eso”, agregó.

El año pasado no se alcanzó la mitad de ese nivel de exportación, por lo que ahora se espera un pequeño repunte.

La temporada recién comienza, con mejores ánimos que en 2017. No obstante, se prevé la mayor intensidad para después del 19 de febrero. Dos buques zarparon entre los últimos días de enero y los primeros días de febrero.

las toneladas de fruta que cargó el El Paul Russ. El primer barco que activó el puerto de San Antonio Oeste. Llevó 156 contenedores.

3.600

Datos

112
el número de obreros que trabajan en la terminal de servicios portuarios
Patagonia Norte.
$ 17.000
el salario básico garantizado para todo el año, que cobrará el trabajador “capacitado”.
180.000
los pallets con frutas que esperan cargar en el puerto
en esta temporada. Unos
30.000 más que
el año pasado.

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