La convivencia de dos boletas no fue buena

Provocó largas filas y esperas interminables. Vecinos enojados y poco uso de las máquinas capacitadoras.

La convivencia de los dos sistemas de votación no pudo ganarle a la costumbre y las elecciones de ayer se volvieron una pesadilla para muchos neuquinos. Neuquén ya había estrenado el voto electrónico en 2015, con un éxito medido. Pero este año la convivencia de la boleta única electrónica y el sistema tradicional de papel provocó largas filas en las escuelas y esperas de más de una hora y media para emitir el voto. Esto desencadenó el enojo de los electores que hubieran preferido un solo método en ambas elecciones. En el mejor de los casos las personas tardaban más de 4 minutos para sufragar. Los neuquinos destacaron la rapidez con la que se emite el voto con la boleta electrónica.

Desde la Justicia Electoral advirtieron que no hubo inconvenientes con los dispositivos electrónicos para elegir concejales, pero los pasillos de las escuelas dieron otro panorama y los mismos electores manifestaron su descontento por la convivencia de los dos métodos. La Defensoría del Pueblo de Neuquén dispuso de 76 instructores con máquinas para ensayar en las puertas de las escuelas neuquinas. El titular del organismo, Ricardo Riva, señaló que “hubo que insistirle mucho a la gente para que se acerque a ver como es el sistema”.

Una de las encargadas de los puestos de capacitación del voto electrónico de la Escuela Nº 348, Mercedes Santivañez relató que fue muy grande el caudal de gente que se acercó a los puestos de capacitaciones. “Eran muy pocos los que me decían que ya sabían cómo era. El 90% no tenía ni idea”, dijo.

El voto electrónico se utilizó ayer por segunda vez en la ciudad.

mauro pérez

El tiempo

Dispositivo especial para personas ciegas

El mayor inconveniente en la utilización de la boleta electrónica se presentó para los electores ciegos.

“Una señora ciega tardó cerca de 20 minutos para emitir el voto. La gente se pone nerviosa pero tiene que entender que el sistema es así”, explicó uno de los instructores.

Para esos casos lo que se hace es conectar auriculares a la máquina y se coloca una plancha de plástico con relieves en braille, sobre la pantalla.

“El elector escucha por los auriculares el nombre de los candidatos asociados a un número. Busca ese número en la pantalla y elige”, explicó.

El día que tardé casi dos horas en votar

“Parar”. Ese fue el botón que apreté justo antes de entrar al cuarto oscuro. El cronómetro de mi celular marcó 1:42:15,31. Fueron casi dos horas de espera en la fila de la mesa 505 de la EPET 8, en la capital neuquina. Durante ese tiempo varias personas dejaron su lugar y se fueron –desconozco si después volvieron–. La mayoría de los que abandonaron la fila de votación fueron jóvenes.

En una hora y cuarenta y dos minutos se puede ver y escuchar de todo. Una señora para porque reconoce a un familiar. Lo saluda y se queda. Se gana unos lugares. El resto murmura. Otro llega con un kit casi de primeros auxilios: caramelos, agua saborizada y una extendida conversación para amenizar un recorrido de unos 40 metros que se hará a razón de un metro cada 2,5 minutos.

Pese al fastidio, los electores dejaron en claro ayer su compromiso con la participación. Fue desacertado hacer coexistir los dos sistemas de votación. Sólo sirvió para reforzar las ideas de los detractores de uno de los modelos y, fundamentalmente, desalentar el interés de los votantes más inexpertos.

Por Federico Aríngoli

Lo que quedó de un domingo de elecciones

Datos

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hora y media es el tiempo promedio que esperaron los neuquinos para emitir su voto con el sistema mixto.
“Antes de votar vi unos tutoriales de Youtube y Facebook sobre el voto electrónico. El sistema es sencillo, rápido y bueno”. Damián Román, 39 años
“No es complicado votar con los dos sistemas, pero hay gente que demora mucho para decidir. Yo practiqué antes de venir”. Juan Cupec, 73 años
“Mucha gente no sabía cómo es esto de los dos sistemas. Por eso se complicó y hubo unas filas terribles en todas las mesas”. Lucía Dicamilo. Votó con su bebé
“Estuve alrededor de una hora y veinte minutos. Ayudaban los capacitadores, pero era mucha la demora”. Cristina Cruces. Votó al mediodía
“Estuvimos media hora esperando. Pero fue sencillo votar. La gente de la mesa estaba dispuesta a explicar. No fue complicado”. Cristina Díaz, de Villa Ceferino
“Había mucho lío en las filas, no se sabía dónde empezaba y terminaba. Me parece que la gente no interpreta el voto electrónico”. Andrea Dal Dosso

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