Nuevo matadero de aves en China Muerta

Inauguraron ayer un matadero específico para productores de aves criadas, no en el modelo industrial, sino en las chacras. Esperaron casi nueve años para contar con esta estratégica obra de infraestructura que cierra el ciclo económico.

El Matadero de Aves de China Muerta esperó casi nueve años su puesta en marcha. En un “largo y complejo proceso” como lo definen los productores, con el apoyo de la Secretaría de Agricultura Familiar, INTA, el Municipio de Plottier, el Centro Pyme, INTI y Ministerio de Trabajo de la Nación, abrió ayer sus puertas y beneficiará a productores y consumidores.

Fueron 2,6 millones de pesos los que se invirtieron para la construcción y equipamiento. Los aportó el Estado municipal, provincial y nacional y su puesta en marcha fue una demostración de la fuerza del trabajo colectivo.

La planta de faena está diseñada para funcionar durante cinco días a la semana con una producción diaria de 1.000 aves. El proceso que usa es artesanal y permitirá absorber mano de obra local. Además, evita la faena clandestina, sin controles ni opción.

Como contaba ayer en la inauguración uno de los integrantes de la Cooperativa de productores, Aldo Calderón, el paraje de China Muerta tiene una tradición en la producción del pollo de chacra o casero. Hay unos 40 productores que crían artesanalmente y logran un producto diferenciado; con carne más amarilla, con otra consistencia, sin hormonas, ni nada artificial.

“Su consumo se instala de a poco. Es un pollo de 3 a 3,5 kilos con un componente ecológico que muchos buscan. Con una crianza y faena artesanal”, decía Calderón y recordaba la historia de un proyecto que nació en 2009.

En aquel tiempo varios productores, a través de la promoción del Estado, se sumaban a la cría de pollos. En ese momento, la faena la hacía el municipio en las instalaciones cedidas por la Fundación del Padre José. Pero luego de varias intimaciones por las condiciones sanitarias lo clausuraron y comenzó la peregrinación de los productores para solucionar un gran problema.

“Eso nos golpeó de manera devastadora. No teníamos el lugar para faenar y no podíamos conseguir la certificación bromatológica para comercializar el producto. El desafío era instalar nuestro producto en los grandes centros urbanos, pero el cierre significó una verdadera hecatombe”, contó Calderón.

Muchos dejaron de producir y otros achicaron la escala y resignaron sus ansias de crecer. Conformaron una comisión pro matadero y plantearon el problema a las autoridades en todos los niveles.

Hoy, la mayoría produce unos 400-500 pollos al mes y pueden crecer. Con la apertura de ayer, los productores vuelven a pensar en expandir el producto a las grandes ciudades y ofrecer pollos de calidad y buenos para la salud.

“No estábamos preparados, pero aceptamos el desafío y fue posible por el acompañamiento de los organismos del Estado”.

Aldo Calderón,

Cooperativa de productores de China Muerta

Datos

“No estábamos preparados, pero aceptamos el desafío y fue posible por el acompañamiento de los organismos del Estado”.

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