Catorce años de prisión para el asesino del joven de Alta Barda

El Tribunal que intervino en el juicio de Raúl Mondaca, asesinado en octubre de 2016 en el barrio Alta Barda, determinó hoy aplicar penas efectivas de prisión al autor material del hecho y a los partícipes del homicidio tal como se habían anunciado en la etapa de cesura.

El veredicto de culpabilidad había sido dictado el 13 de noviembre pasado. Posteriormente, los jueces Alejandro Pellizzon, Fernando Sánchez Freytes y Laura Pérez analizaron la situación y los agravantes que acreditaban la responsabilidad penal de los cuatro imputados en la causa.

A Adrián Ezequiel Tripailao se le otorgaron 14 años de prisión, como autor del homicidio simple agravado por la utilización de un arma de fuego. Además, se sumaron 28 años de inhabilitación para la portación y tenencia de armas de fuego de cualquier tipo.

Por su parte, a Pablo Oscar Villafañe se le dio 12 años de detención como partícipe primario del mismo delito. A Fabián Andrés Medina, 11 años de cárcel también como partícipe primario del delito. En tanto que para Gabriel Lagos Aravena se le dictaminó 5 años y 8 meses de detención como partícipe secundario.

El Tribunal consideró agravantes “la extensión del daño causado, la pluralidad de agresores y la cantidad de disparos efectuados, con riesgo no sólo para quienes estaban siendo agredidos sino también para los vecinos del lugar y las personas que estaban en ese momento en la calle”.

Mientras que como atenuantes para los cuatro imputados, los magistrados consideraron “la falta de antecedentes penales computables” y el “correcto comportamiento que mantuvieron durante el debate, incluso en momentos en que fueron agredidos por familiares de la víctima”.

El caso

Raúl Mondaca tenía 28 años cuando, en octubre del año pasado, fue herido de bala en su cabeza, en el contexto de un conflicto de vieja data entre dos grupos del barrio Alta Barda.

El hecho fue registrado en la intersección de Las Petunias y Las Camelias, donde el joven fue víctima de una agresión grupal y ultimado con un disparo en la frente, cuya bala quedó alojada en el cerebro.

Entonces, Mondaca era conocido en el ambiente delictivo. Finalmente, el hombre falleció en el hospital Francisco López Lima, cerca de las 21 del mismo día en que fue herido.

Como consecuencia del largo enfrentamiento entre los dos grupos, que serían familiares, en una de las audiencias del juicio que investigaba la muerte de Mondaca hubo también un cruce entre las partes, donde uno de los presentes habría mostrado un arma blanca.