Cómo recuerdan en la escuela a los nenes fallecidos en el incendio

“En la escuela iba bien, con las rebeldías típicas de la edad, que quieren jugar más que estudiar”, recordó Andrea, la mamá de uno de los nenes que compartía con Dylan las tardes en la escuela 290.

Los allegados a la familia ponderaban la educación de los niños. “Es una familia humilde con hijos muy buenos, muy respetuosos”, destacó Andrea, quien remarcó que a pesar de los problemas de salud, la mamá de los nenes asistía a todas las reuniones de la escuela.

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La familia vivía en Bariloche y se mudó a Roca hace unos 5 años. Vivían con lo justo, en la pequeña pieza. “El papá de los nenes hace changas de albañilería”, dijo una mujer del barrio. Testigos indicaron que en invierno se calefaccionaban con leña pero también tenían adentro una garrafa para la cocina.

La mamá de los nenes fallecidos tiene otra hija, Marisol, que al momento del incendio se encontraba en la escuela. Alfredo tenía labio leporino y asistía al CECI “Agua Clara”, ubicado en el barrio de enfrente. “No se por qué justo hoy no fue, porque iba de mañana”, se preguntaba una de las vecinas en el lugar.

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Sobre Dylan hablaron maravillas. “Era un nene muy bueno, educado, respetuoso. Hay chicos que se desinteresan por algunos temas, él no. Siempre quería aprender de todo, le gustaba mucho”, remarcó Mario, miembro de la iglesia evangélica Escuela Dominical a la cual asistía Dylan los fines de semana.


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