La familia siria que encontró en Roca un refugio contra el horror de la guerra

Llegaron el martes desde As-Suwayda, al suroeste de ese país. Huyen de la guerra civil, que el fin de semana comenzó otra espiral de violencia. Una iglesia evangélica local les provee de casa y apoyo.

Roca “no es tan parecida a mi casa, allá estábamos rodeados de montañas y teníamos lagos cerca, pero es muy bonita, me gusta”, señala Heba, una chica siria de 14 años, que por ahora sólo conoce la ciudad por haberla recorrido en auto y asomarse a la vereda. Ella y su familia todavía no se reponen del todo de un viaje que comenzó el domingo, cuando viajaron de su natal As-Suwayda a Damasco, de allí al Líbano, después Roma, Buenos Aires y finalmente el martes a la noche en Neuquén, para terminar cerca de las 23 en esta ciudad.

Heba Al-Zarouni es la única de esta familia siria de siete integrantes que puede hilvanar algunas frases en español. Durante tres meses, la esposa ecuatoriana del cónsul argentino en Damasco intentó trasmitirle lo más que pudo sobre el idioma, las costumbres y la historia de Argentina, hasta ese entonces un país casi desconocido, salvo las referencias que casi todo el mundo tiene: Messi y Maradona.

Apenas tres valijas, donadas desde Argentina, tienen todas sus pertenencias. Ahora intentarán comenzar desde cero en la casa que les prestó la Comunidad Cristiana de General Roca, en la calle Kennedy.

“En mi ciudad se escuchaban pocas bombas, pero sí muchas alrededor y más en Damasco, adonde íbamos a aprender español. Me daba miedo eso y también que hubiera muchos robos, droga”, cuenta Heba.

El pastor Rubén Lago, que los ha recibido, comenta que As -Suwayda,situada en el suroeste de Siria y cerca de la frontera con Jordania, está a unos 150 kilómetros de la zona de Guta Oriental, hoy bajo fuertes bombardeos del gobierno sirio (ver aparte)

El jefe de familia, Raja, de 42 años, interviene poco, sólo asiente e intercambia algunas palabras en árabe con su hija, que oficia de traductora. Él trabajaba haciendo tareas de pintura y albañilería en interiores y su esposa, Fahida, es peluquera. Pero en medio del descalabro de la guerra civil , el trabajo era nulo. En los últimos meses dependieron de las donaciones de una iglesia para poder comer.

Ellos pertenecen a una comunidad cristiana drusa, por lo cual han sido víctimas de discriminación y persecuciones, en un país de mayoría musulmana.

Pero el mayor temor de Raja era la seguridad de sus cinco hijos Heba, Sara (12 años), Ghina, (10) Daniel ( 8) , el futbolero de la familia, y Shams (6). “Como todo país en guerra y en especial en Siria, en los últimos año, además de los combates florecieron la delincuencia, el mercado negro. Los secuestros y asesinatos están a la orden del día”, explica el pastor.

En Roca, la familia Al -Zarouni buscará un poco de paz y estabilidad, una escuela para su hijos y trabajo, algo que su país, hoy en medio de una cruenta guerra civil desde 2011, no les puede ofrecer.

“Una iglesia, una familia” en el Plan Siria

La familia Al-Zarouni llegó a Roca como parte del Programa Siria del gobierno nacional, que recibe a refugiados de guerra. Dentro de las ong que participan está la organización juvenil JUCUM y la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), en el proyecto “Una iglesia, una familia” que consiste en que una congregación reciba por un año a una familia siria, proveyendo todo lo necesario para su adaptación al país y la ciudad que los recibe. Entran con una visa humanitaria, que les permite tramitar el DNI y en un año, si se adaptan y encuentran trabajo, pueden tramitar la ciudadanía.


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