La quiniela clandestina está lejos de extinguirse

Mayores porcentajes de ganancias tientan a apostadores. Lotería de Río Negro lanzó una campaña para erradicar esta práctica.

La dueña de un comercio donde se toma quiniela oficial abolla un pedacito de papel, se lo mete rápidamente en la boca, lo mastica un poco y lo traga, antes de que ingrese el inspector.

La escena ocurrió un kiosquito de Roca en la década del ‘70, se repitió en los ‘80, ‘90 y sigue sucediendo en 2017. La mujer continúa con su quiosco, levanta quiniela clandestina y anota todas las jugadas a mano y en un viejo cuaderno. Todo a la par de la quiniela oficial.

La quiniela clandestina es uno de esos negocios ilegales que logró sobrevivir a pesar del paso de las décadas y el desarrollo de los controles. Aunque sin el ímpetu de otras épocas, la actividad se sostiene en Río Negro y todavía siga dando dolores de cabeza a Lotería provincial.

Lotería de Río Negro realizó encuestas durante el año pasado y parte del actual, y señalaron que en Roca, Bariloche y Allen son las ciudades de la provincia en donde persiste con más fuerza el juego ilegal. De todas maneras no se brindaron estadísticas del estudio.

Hasta 2016 este delito estaba calificado como contravención pero luego de que se modificó la Ley Nacional N° 27.346 se estableció penas de entre tres y seis años de prisión a los organizadores.

“Esto lleva décadas, hay personas que levantan la quiniela en forma clandestina, no pagan impuestos y tienen una comisión más alta que las agencias o subagencias oficiales que si pagan”, expresó Ricardo que vende lotería oficial hace 20 años.

El juego clandestino es una practica que no por vieja, ha dejado de hacerse.

Para los apostadores la ventaja sigue siendo un porcentaje de ganancia mucho mayor que en la oficial, que depende de quien se la tome. El pozo varía pero los números ganadores son los salen en la lotería oficial. El riesgo es que la jugada sólo queda asentada en un pequeño pedacito de papel que entregan como comprobante y en el cuaderno del “agenciero”. Cada tanto se sabe de alguien que ganó, pero por algún motivo no pudo cobrar su premio.

¿Quién financia el juego? El premio lo paga un ‘banquero’, que aporta el capital también para pagarle el porcentaje a a los que “levantan” esta quiniela.

Los apostadores también la eligen porque la clandestina permite hacer apuestas por debajo del mínimo de la oficial.

“Ahora se ve más gente de los barrios apostando, pero de a poca plata, de a uno o dos pesos. Eso hace que ya no se mueva tanto dinero como en otras épocas”, comentó una alta fuente policial de Roca.

Cuando se gana un premio en la lotería oficial la agencia recibe el 18% y la subagencia el 12%. A eso hay que restarle los impuestos. Además los que están en regla cargan con el costo del local y de la máquina.

“En la clandestina, el que vendió la boleta se lleva el 21% en algunos casos se habla del 25% y libre de impuestos, por eso la gente se engancha”, resumió Ricardo.

Juan es otro agenciero que lleva más de dos décadas trabajando en su local sobre calle Tucumán, en Roca.

El hombre coincidió con que “en la quiniela oficial la apuesta mínima es de 5 pesos en la clandestina entrás con dos pesos o menos. Una vez tuve un kiosco en barrio Nuevo y me lo ofrecieron pero dije que no. Todos sabes que eso sigue existiendo, nunca va a desaparecer”.

Jorge es un policía con muchos años de carrera pero que contó que nunca recibió una orden para investigar el juego clandestino. De todas maneras contó que desde niño convivió con la clandestina y sabe bien de qué se trata. “Mi tío jugaba mucho, venía un pibe en una bici a ofrecerle. Los que te venden andan con la máquina de la quiniela colgando o con un cuaderno donde anotan la jugada. Ya no se ve tanto en el centro, sino en los barrios al norte de la ciudad”.

A los levantadores “tenés que ubicarlos en la calle, no hay un lugar físico donde encontrarlos, ellos van a tu negocio o a tu casa. Otros tienen en los quioscos, donde también tienen la oficial”, comentó.

La quiniela clandestina no tiene monto mínimo para empezar a apostar y eso contribuye a que muchos apostadores puedan jugar seguido.

Un negocio que

nunca se termina

Según encuestas realizadas por Lotería de Río Negro, Roca, Bariloche y Allen son las ciudades en las que más se practica.

La apuesta mínima puede ser menor a cinco pesos, a diferencia de lotería oficial.

Los números ganadores son los que figuran en la lotería oficial.

Si una agencia oficial vende una jugada ganadora, recibe el 18 % menos impuestos. La subagencia, el 12% menos impuestos.

El que vende clandestina recibe el 21% o más y libre de impuestos.

El “banquero” es la persona que tiene el capital para financiar el premio y pagarle a los que “levantan” esta quiniela.

De tres a seis años de prisión es la pena para los que organicen quiniela clandestina, según la Ley Nacional N° 27.346.

Datos

La quiniela clandestina no tiene monto mínimo para empezar a apostar y eso contribuye a que muchos apostadores puedan jugar seguido.

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