Empleo, una meta que está lejos de los jóvenes con discapacidad

Aunque incorporen aptitudes, es reducido su ingreso al mundo laboral. El caso de una asociación que implementa programas de trabajo en Roca hace cuatro años y no obtuvo ningún puesto.

Una mesa larga los reunió esa mañana de verano en un taller de plantas, al verlos contagiaban las ganas de hacer. Tenían latas, botellas y envases de plástico que, tras una mano de pintura, lucían como hermosas macetas. Después les colocaban piedras en el fondo para asegurar un buen drenaje, arriba tierra y al final la plantita. Otros se encargaban de ordenar las macetas en cajones y llevarlos hasta el patio. Uno de ellos alegraba la mañana con su canto. Todos desde su lugar aportaban para que su producción alcance el mejor resultado.

El taller arrancó el año pasado y no se tomó las vacaciones. En pleno enero y febrero el grupo se volvió a reunir. La iniciativa se enmarca en una actividad que impulsa la asociación Grupo Inca de Roca a través del “Programa Entrenamiento para el Trabajo” y tiene como objetivo incluir a las personas con discapacidad en una de las esferas que se torna inalcanzable para muchos de ellos: el trabajo.

“Lo importante de los programas laborales y de nuestra actividad como asociación es incluir a personas que por su situación están fuera del sistema educativo, social y laboral. Les permite tener lazos saludables y crecer en experiencia social para los intercambios que les vendrán”, resumió Helga Ticac, presidenta de la asociación civil Grupo INCA.

La convocatoria apunta a jóvenes, los asistentes tienen entre 18 y 40 años. “Se evalúan los intereses y aptitudes de cada uno, para saber qué proyectos son los más convenientes para impulsar”, amplió Ticac. Una vez definida la propuesta, en éste caso la idea de aprender sobre plantas, ésta se eleva a un organismo nacional para conseguir un apoyo económico para los asistentes. De esa manera, durante los meses que dura el curso obtienen un incentivo. En la teoría, una vez finalizada la capacitación estarían listos para ingresar al mundo laboral. En la práctica esto no ocurre.

“Lo que está pasando es que al no conseguir trabajo volvemos a pedir programas por el apoyo económico a personas que ya están preparadas para trabajar”.

Desde INCA se trabaja en la reconversión de los programas para que sigan formándose hasta que se consigan empleos estables, que es lo difícil de encontrar.

¿Y la ley?

Desde el Grupo INCA se reclama por el 4% del cupo laboral para personas con discapacidad, proponiendo concursos exclusivos y gestionando incorporaciones. A la par convocan a instituciones en la búsqueda del empleo pleno.

La legislación vigente establece que las instituciones tienen que cumplir con incorporar a personas con discapacidad y las empresas también incorporar de acuerdo a la idoneidad de las personas para una real inserción.

“Es una tarea que algunas veces requiere adecuaciones en el puesto de trabajo y otras veces no. Las leyes están profusamente escritas para los derechos de las personas con discapacidad. Ahora, es hora de que produzca esa inclusión”, enfatizó la presidenta de INCA.

“Aunque el paso siguiente sea el trabajo pleno y no se produzca, mientras tanto por lo menos ésta es una herramienta que aunque sea limitada contribuye en gran medida”, finalizó.

“Lo que está pasando es que al no conseguir trabajo volvemos a pedir programas por el apoyo económico a personas que ya están preparadas para trabajar”.

Helga Ticac, presidenta de la asociación civil Grupo INCA.

Los números de la discapacidad en Roca

Tal como surge de los registros de la Junta Evaluadora, hasta abril del año pasado en la zona Alto Valle viven unos 4.959 personas con discapacidad.

De esa cantidad, 3.045 tienen domicilio en Roca.

Tipos de discapacidad: 414 auditivos, 60 intelectual, 889 con retraso mental, 1.259 motora, 199 visceral y 224 disminución visual y ciegos.

“Revivo cada vez que vengo a enseñarles”

“María es cuadripléjica y le enseñó a Yoana que es ciega a plantar. Eso es lo que se da en éste taller, acá hay mucha solidaridad”, destacó Sonia Izquierdo, profesora de psicología que trabaja como tallerista.

Izquierdo destacó que la posibilidad de reunirse entre pares para incorporar habilidades en oficios genera múltiples beneficios. “Fortalecen su autoestima, la autoconfianza, porque sienten que pueden tener un lugar en la sociedad”.

“Es relajante y entretenido, está muy bueno. Lo uso como un tiempo para mí, para aprender y hacer cosas”.

María (27) tiene discapacidad motora y asiste feliz al taller.

La iniciativa tiene como objetivo incluir a las personas con discapacidad en una de las esferas que se torna inalcanzable: el trabajo.

Historia de un trabajo por la accesibilidad

El Grupo INCA nació en el 2000 en el ámbito de la Fadecs de la Universidad Nacional del Comahue.

Crecieron de la mano de proyectos y nuevos miembros.

En el 2011 se conformaron como Asociación Civil sin fines de lucro, lo que amplió su alcance hacia todas las personas con discapacidad.

En el año 2013, se registraron como Productora de Contenidos Independientes en el Afsca.

En 2014, incorporaron 20 personas en tareas propias de la actividad laboral a través del programa Entrenamiento para el Trabajo, y otras 25 en Cursos de Formación para la salida laboral.

Tener un espacio propio, uno de sus objetivos.

Desde INCA se trabaja en la reconversión de los programas para que sigan formándose hasta que se consigan empleos verdaderos.

Dato

Datos

“Lo que está pasando es que al no conseguir trabajo volvemos a pedir programas por el apoyo económico a personas que ya están preparadas para trabajar”.
“Es relajante y entretenido, está muy bueno. Lo uso como un tiempo para mí, para aprender y hacer cosas”.
La iniciativa tiene como objetivo incluir a las personas con discapacidad en una de las esferas que se torna inalcanzable: el trabajo.
Desde INCA se trabaja en la reconversión de los programas para que sigan formándose hasta que se consigan empleos verdaderos.
4.959
personas con discapacidad viven en el Alto Valle, según surge de los registros de la Junta Evaluadora.
41%
de las personas con discapacidad que viven en Roca tienen dificultad motora. Le siguen las personas con retraso mental (29%).

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