Vivir al lado del zanjón, el vecino más peligroso de Roca

En barrio Nuevo, este enorme basural es además el lugar de los juegos, el delito y la inseguridad. Las maestras de la Escuela 357 luchan por ofrecerle otro mundo a los chicos de la zona.

El barrio entero está cruzado por “el zanjón”. Cientos y cientos, de chicos y grandes pasan por allí diariamente para llegar a un lado o a otro de la ciudad. Y desde hace años se abre paso en el corazón de buena parte de la zona norte que atraviesa las historias de todos en el lugar.

¿Qué es el zanjón? Es un cráter gigante, de más de treinta cuadras de largo, que alberga a un vecino que nadie quiere: un basural a cielo abierto que convive con los más de 20 mil habitantes de barrio Nuevo, en Roca, y que hasta marca el límite entre este sector y Quinta 25.

Comenzó a preocupar, allá lejos y hace años, por la mugre, la basura, la contaminación y los peligros.

Pero en el último tiempo se sumaron más motivos para estar en alerta.

“Es un centro de violencia”, dice, sin dudar, la vicedirectora de la Escuela 357 ubicada en la calle Perito Moreno, Claudia De Nápole, “y de contaminación”.

Pero el espacio se convirtió en un lugar “de visita” común hasta para los chicos.

“Van a jugar algunos; a juntar cosas para vender otros. Sacan comida, ropa… y hay otros que hasta lo usan para ‘relaciones amorosas’ o para ir a drogarse. Se esconden los que roban… es terrible. Hace años venimos pidiendo que alguien haga algo pero parece imposible erradicarlo”, lamentan Elizabeth Melo y Teresita Ceballos, maestras de la 357.

Más de 400 chicos asisten a la escuela ubicada en calle Perito Moreno al 3.600 en los dos turnos, y todos conocen de cerca la postal del zanjón. Viven con él, viven cerca de él y otros viven de él.

Relevamiento escolar

Las docentes se involucraron en un proyecto para ver de cerca, relevar y evaluar qué es aquello con lo que les toca vivir.

“Los mismos chicos lo recorrieron, hablaron con los vecinos, con gente de Salud y lograron comprender por qué ese lugar es tan malo”, explican.

“Con los chicos de séptimo que egresaron hicimos un informe para un periódico escolar y ahí fue donde saltó el tema y todo lo que implica. En la salita de Salud nos dijeron que son muchísimos los problemas respiratorios en el barrio porque allí se quema basura todo el tiempo. Los que tienen asma la pasan peor, y también problemas de piel”, cuenta Claudia.

En verano, es otro mundo.

Los chicos también se encargaron de hacer una encuesta en el barrio con los mismos vecinos, consultando a cada una de las familias del lugar.

Preguntaron: ¿Cómo afecta sus vidas? “El 60% considera que afecta sus vidas, el 30% dijo que afecta al medio ambiente y un 10% dijo no sentirse afectado”.

Los niños salen de la escuela y “cuando ya tienen 10 o 12 años, que andan más en la calle o cuando no tienen padres que los controlen menos hacen caso. ¿Qué hacen? Van al zanjón… van a la calle… y de ahí es difícil sacarlos”, se lamenta Teresita.

Por eso, después de clases en conjunto con propuestas municipales, buscan captar el tiempo libre con talleres y otras actividades que les resulten atractivas.

Orgullo

“Lamentablemente la calle va ganando terreno… y es difícil, pero hacemos lo que podemos para contenerlos en la escuela ”, dice la maestra.

Sin embargo, el gran “orgullo” de esta escuela es poder decir que todos los chicos que llenan las aulas de la pequeña escuela lo hacen con muchas ganas (y con necesidades también, como en otros escuelas).

“Los chicos vienen porque quieren, nadie los manda. Porque si no quieren hacerlo a muchos nadie los obliga”, cuentan las docentes.

“Pero son ellos los que nos dicen que quieren venir. Entonces tratamos de brindarles todo lo mejor para que nos sigan prefiriendo a nosotros que a la calle. Les preguntamos ¿por qué te gusta venir a la escuela? y, sin pensar, nos contestan: porque nos tratan bien, nos cuidan, porque estamos calentitos, nos dicen, porque hacen rica comida, porque los hay baños y están limpios…”.

El trabajo diario es de hormiga. Y no solo dentro del colegio. Las maestras en horarios de materias especiales salen a golpear puertas y van de casa por casa para visitar a aquellos chiquitos que faltan.

Casa por casa

“Vamos y preguntamos por qué no están asistiendo, a veces son varios hermanos, y comprobamos que estén bien”, cuenta Teresita que, al igual que las docentes del colegio tienen más que ganado el ‘título’ de “segunda mamá”.

“Hay veces que bañamos y cambiamos a los chicos. Lamentablemente hoy se ve mucha necesidad, pero no solo material, falta de cuidados por parte de adultos, una infancia muy vulnerable. No hay cuidado de lo más mínimo, ni alimentación, higiene, y notamos que los niños necesitan acompañamiento, amor. Pero hay que entender que son familias muy vulnerables también”, opina la vicedirectora del establecimiento.

“La situación es difícil, hay violencia, mucha droga. Acá los chicos nos cuentan, cuentan todo. Saben cómo se llaman las drogas en las calles. Que a veces hay adolescentes vendiendo afuera de la escuela. Y la lucha hoy es constante, la calle está ganando terreno y nos cuesta arrebatárselos”.

El zanjón es protagonista de la vida del barrio.

fotos emiliana cantera

Más de 400 chicos asisten a la Escuela 357, y todos conocen de cerca la postal del zanjón. Viven con él, cerca de él y otros de él.

“Lo único que queremos es que los chicos vean en la escuela que otro mundo es posible”.
Elizabeth, maestra de séptimo de la Escuela 357 de Roca

“Van a jugar, a juntar cosas para vender otros, y hay otros que lo usan para ‘relaciones amorosas’ o para ir a drogarse”.
Teresita Ceballos, maestra de la Escuela 357, de barrio Nuevo

“Es un cráter muy profundo que requiere de una inversión de dinero terrible. Es un problema que va a seguir hasta que no se dé una solución”.
Claudia, maestra de la Escuela 357

Opinan los chicos:

“En barrio Nuevo hay un zanjón en el que las personas tiran basura como animales muertos, veneno y residuos patógenos que se deberían quemar.

El zanjón provoca enfermedades como cólera, hepatitis, dolores abdominales y deshidratación.

La Municipalidad debería limpiar el lugar y poner juegos como hamacas, toboganes, una cancha de fútbol, tapar el pozo y colocar campanas para los residuos. También nos gustaría ver allí un reloj con campana que marque la hora.

Los chicos de tercer grado fueron al centro de la ciudad, visitaron la plaza, el canalito y jugaron allí. Es uno de los lugares más lindos de la ciudad porque hay muy lindo césped. Lo mantienen más limpio que el barrio y tiene plaza con muchos juegos, acá no. Nosotros los niños de tercer grado de la Escuela 357 proponemos que el zanjón sea un lugar verde, con césped y juegos como cancha de fútbol y hamacas”.

(Alumnos de 3º)

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Datos

Más de 400 chicos asisten a la Escuela 357, y todos conocen de cerca la postal del zanjón. Viven con él, cerca de él y otros de él.
20.000
personas viven en los alrededores del zanjón, en el barrio más poblado de la ciudad.

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