Arquitectura en Roca: la UNRN espera un estudiante abierto, proactivo y con actitud de trabajo

María Andrea Tapia, directora de la nueva carrera, delineó los ejes académicos y los desafíos, pero también recompensas, que aguardan a los futuros alumnos.

Un arquitecto o arquitecta creativos, sensibles, humanistas, con una visión universal pero también con una gran mirada sobre lo local, es el perfil profesional que se ha puesto como meta académica la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) con la nueva carrera que comenzará a dictarse en 2018 en Roca.

El umbral es alto, para que lo sepan los 169 estudiantes preinscriptos y 65 inscriptos que había hasta el viernes pasado, aunque se espera que el número final de anotados ronde los 300, entre alumnos provenientes de Neuquén y Río Negro. De ellos, por orden de mérito, solo quedarán 80 que es el cupo máximo de ingreso establecido.

Será esta la primera carrera de Arquitectura en una universidad pública que se dicte en toda la Patagonia y su implementación estuvo incluida desde el principio en el proyecto institucional de la UNRN que cumplirá 10 años en el 2018.

Otra de las peculiaridades es que la carrera es una de las pocas a nivel nacional que ya antes de comenzar con su dictado cumplió con el proceso de acreditación ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). Este procedimiento es el que permite otorgar a sus títulos validez nacional, según lo marca el Art. 43 de la Ley de Educación Superior para aquellas disciplinas de interés público, al igual que las ingenierías, medicina, odontología y otras pocas.

Para hablar de lo que espera a los estudiantes durante el curso introductorio, en los años posteriores y ya como egresados, “Río Negro” entrevistó a la directora de la carrera, arquitecta y doctora María Andrea Tapia.

¿Qué deben esperar de la carrera los estudiantes y qué no deberían?

Hay dos cuestiones claves. La carrera construye una forma de pensamiento que es el pensamiento proyectual, que no solamente abarca la construcción edilicia sino que abarca todas las escalas del hábitat humano, desde poder desarrollar un picaporte -que ahora es trabajo del diseñador industrial- pero que era potestad y sigue siéndolo de los arquitectos, hasta la planificación territorial. Eso en términos físicos, pero también los habilita a ser personas de gestión, es decir estar al frente de una oficina de planificación local, una oficina de desarrollo o llevar su propio estudio. Hay una frase que me gusta mucho que dice Umberto Eco. Los describe a los arquitectos como ‘la última figura de los humanistas de las sociedades contemporáneas’ porque no solamente tienen que poder construir técnicamente un edificio sino que para hacerlo tienen que saber de sociología, antropología, geografía, clima, economía y un montón de otras disciplinas que hacen a la figura humanista que se genera en el Renacimiento.

Los chicos no van a solamente proyectar. El alumno que va a entrar a la carrera de Arquitectura tiene que saber que va a entrar a una de las carreras más complejas del sistema educativo.

O sea que es difícil…

Es una de las más complejas y es difícil porque es una carrera creativa pero también tiene una parte de ciencias duras, tiene humanidades… Entonces uno puede decir: ‘Ay, a mí me encanta leer’ -y está bien- pero también tenés que saber matemáticas y física, aparte tenés que ser creativo porque todo eso lo tenés que llevar a un proyecto que es un dibujo. Lo que no significa que tengan que saber todo eso antes de entrar. Lo van a adquirir pero tienen que tener una actitud abierta y de trabajo.

Tanto en lo humanístico como en las ciencias duras… O sea que a quien le gusten las dos cosas va a andar bien, pero aquel que sea muy reactivo a una o la otra, tendrá que pensarlo dos veces.

Le va a costar porque tenemos mucha carga de las tres áreas, es decir de las humanísticas, de las artes y de las ciencias y es bastante equilibrado. Si bien el proyecto (académico) es el lugar síntesis que empieza desde el primer día de clases hasta que se van de la facultad y terminan la carrera, el proyecto es el que cose todos los conocimientos y donde todas las ciencias duras y las humanistas hacen síntesis. Todo está muy concatenado y hay momentos en que el proceso se frena porque se necesita tener lo anterior aprendido; si no, no pueden avanzar.

“En el curso introductorio van a tener la dinámica de lo que va a suceder todos los días hasta que terminen la carrera”.

¿Y el curso de nivelación?

Es un curso introductorio. Está postulado de tal manera que el alumno en esos quince días tenga la realidad de la carrera. El cursado será de 9 a 13 porque en febrero no los vamos a matar con el calor. Tampoco queremos espantarlos, sino que sean conscientes de lo que significa estudiar la carrera; entonces el curso está dividido en cuatro días y un examen, (y otros) cuatro días y un examen. Y cada día pertenece a un área disciplinar. El área de Proyecto es un día, Ciencias duras y Tecnología es otro, Historia y Teoría -que son las humanidades- es otro y el área instrumental, que es de Representación gráfica y Morfología, es otro. Ellos lo que van a hacer es recibir una clase teórica a modo de conferencia, un ejercicio que lo van a tener que desarrollar y entregar durante la clase; van a tener la dinámica de lo que va a suceder todos los días hasta que terminen la carrera.

Como es una carrera nueva, la pregunta sería ¿qué la diferencia de las otras Arquitecturas que se dictan en el resto del país? ¿Piensan darle un tinte regional, patagónico?

Las carreras de Arquitectura en nuestro país tienen una trayectoria que va desde el final del siglo XIX hasta la democracia; se crean en realidad entre fines del XIX y los años ‘50. Después hay un parate y en la época de la democracia empiezan a aparecer otras carreras de Arquitectura. Esas carreras están localizadas hasta los años 2000, fines de los ‘90 -que es donde aparecen las nuevas carreras de Arquitectura- en grandes ciudades. La problemática de la gran ciudad es muy distinta de la problemática del gran territorio. Por lo tanto, la primera cosa en nuestro plan de estudios está basada en el conocimiento, reconocimiento y trabajo en el territorio patagónico, que si bien tiene características particulares, desde el punto de vista de la construcción del conocimiento los instrumentos son iguales a los que se utilizan en cualquier territorio pero no dentro de la metrópoli. Es decir que nuestro alumno va a estar formado para poder resolver un problema metropolitano pero para resolver sobre todo problemas en territorios donde la complejidad no está dada por la densidad de edificios construida sino por la densidad paisajística que tiene un valor patrimonial para las localidades y que todavía eso no se entiende como tal.

¿La carrera tiene algún título intermedio?

Sí, tiene una tecnicatura, es otra de las cosas que se analizan cuando uno construye una carrera de cinco años -que antes eran de seis- con mucha carga horaria y donde lo que nos caracteriza es que el proyecto es el hilo conductor y de complejidad creciente, lo que significa es que hay un grado de complejidad que no todos los alumnos alcanzan o pueden alcanzar, por determinadas razones. Nos parecía que era importante dejar un testimonio, una certificación del pasar por la universidad porque hoy un chico que estudia Arquitectura, si deja en tercer año se quedó sin nada. Nosotros hicimos una tecnicatura, un técnico en la Comunicación y la Representación Gráfica de proyectos de cualquier escala porque los alumnos van a tener proyectos de escala territorial y escala edilicia desde el primer día, en dos materias separadas.

¿A qué los va habilitar esa tecnicatura?

Lo va a habilitar en cualquier sector en la cuestión de representación y comunicación de la información gráfica de expedientes de edificios, de ciudades… Va a poder trabajar en una oficina de un municipio, llevando la documentación gráfica, produciéndola; en un estudio de arquitectura, produciendo la documentación gráfica; en un estudio de ingenieros; como el apoyo al arquitecto.

¿El arquitecto que se reciba en esta universidad, dónde y en qué va a poder trabajar?

Va a poder trabajar en los campos tradicionales de la Arquitectura que son la construcción urbana o rural de viviendas o cualquier escala edilicia, hasta grandes complejos educativos, culturales, como museos o estructuras de gran escala como puede ser una fábrica, un hotel, en cualquier proyecto edilicio pero también va a poder trabajar en toda la cuestión que tiene que ver con las competencias de la planificación urbano territorial y paisajística que es una gran deuda con el territorio porque hay pocos planificadores y por eso tenemos tantos problemas en las ciudades y sobre todo lo hemos notado con la autopista, con esos proyectos que vienen y que no tenemos capacidad crítica para decir ‘esto sí, esto no, esto va por acá…’.

¿Todavía necesitan saber dibujar para entrar en la carrera?

No, no. Eso lo aprenden en la facultad. Lo que queremos ver es la actitud proactiva al conocimiento, eso es lo que vamos a medir. El chico estará en un curso de ingreso donde va a tener dos días que va a tener que dibujar, pero lo que se va a medir ahí no es la virtuosidad del dibujo sino la capacidad de aprendizaje y la actitud hacia el dibujo, es decir si va a querer aprender o no, si le va a interesar o no. No se trata de tener habilidades ni de ser un artista, eso es para otro lugar. Nosotros diferenciamos lo que es talento de la creatividad. La creatividad se construye a partir de conocimiento. El talento es innato. Trabajar con talentos es muy fácil pero también son muy pocos. Nosotros trabajamos con la masa media, a la cual le tenemos que dar todo el bagaje, todos los instrumentos para que pueda desarrollar una profesión lo mejor posible.

La carga horaria de la carrera, ¿les va a permitir trabajar a los estudiantes?

Es muchísima. Nunca digo que no van a poder trabajar porque mucha gente ha hecho la carrera trabajando. Lo que pasa es que nosotros no tenemos en nuestro sistema universitario la distinción entre alumno full time y alumno part time. Tenemos la carrera que se plantea en cinco años, cinco años y medio, con una carga horaria anual ideal que corresponde a un alumno full time. Entonces, obviamente un alumno full time la va a poder terminar en cinco y medio o seis si lleva las cosas al día y tiene ese compromiso con la carrera que es tener 800 horas de carga horaria al año, que da un promedio de 8 horas diarias, como si estuviese en un empleo, es decir cuatro horas en clase y cuatro horas en su casa trabajando. Eso significa que un chico que tiene que trabajar, va a tener que cursar en el doble de tiempo porque va a tener que acomodar sus horarios para poder cumplir, no con 800 sino que va tener que cumplir 400 lo que va a significar una carga de cuatro horas al día por semana. Entonces cuando uno hace esa elección, porque trabaja, sabe que no se va a recibir en 5 años. Se va recibir en ocho, pero eso tiene que ver con cuestiones que nosotros estamos atrasados en la formulación; no Río Negro, sino a nivel de sistema universitario nacional, se considera un solo tipo de alumno.

“La primera cosa en nuestro plan de estudios está basada en el conocimiento, reconocimiento y trabajo en el territorio patagónico”.

Por su experiencia con los estudiantes de Arquitectura, ¿cuáles son las materias que más les gustan, con las que realmente dicen ‘esto es por lo que elegí la carrera’?

Es el área de Proyecto, es lo que los sumerge en el mundo profesional, en lo que se supone que va a ser su actividad diaria. Lo que sucede también es que los perfiles profesionales se han abierto. Entonces hoy puede ser que un chico no sea bueno en un proyecto edilicio pero sí sea muy bueno en un proyecto urbano territorial. La diferencia que tenemos como carrera es que el proyecto urbano territorial está desde el primer día de clases. Entonces no va a tener que esperar a cuarto o quinto año para entender que la ciudad y el proyecto urbano es lo que le interesa. O sea que desde el principio tiene un panorama de toda la carrera, de las posibilidades de lo que va a hacer y que para llegar al final y obtener el título va a tener que pasar por todo porque es imprescindible para la construcción del perfil profesional que estamos proponiendo que es un arquitecto con una visión universal porque no puede dejar de responder a cuestiones universales pero que tiene una gran mirada sobre el local.

Entonces va a poder trabajar en Buenos Aires si se quiere ir, pero que seguramente va a ver el territorio y el río de la Plata y los bañados y la estructura que hay por debajo de esa ciudad, de otra manera. Va a poder entender por qué, por ejemplo, pasó una inundación en determinado lugar porque va a poder ver lo que está por debajo de esa ciudad que se construyó sobre un territorio y que hoy está anegado como tal. No solo va a ser capaz de resolver un problema arquitectónico edilicio sino que lo va a poder entendiendo no solamente los límites urbanos de la manzana o la calle sino entendiendo que es el sustrato que está por debajo que lo sostiene. Es decir si yo voy a Paso Córdoba, no puedo meter cualquier cosa. Un bolichito, un centro de informes en Paso Córdoba o las mismas casillas que hay hoy de seguridad, donde está la policía se pusieron de cualquier manera. Uno de nuestros chicos cuando termine -van hacer ejercicios de grado- va a saber cómo ponerlo, de qué material, con qué orientación, con qué facilidad, cómo se va a ver el territorio desde ahí para que sea un todo con el paisaje, con ese territorio y sea identitario porque ese territorio tiene una cultura intangible pero que muchos no la conocemos. También el objetivo del arquitecto es hacer visible eso que en el cotidiano no se ve. Eso es lo que estamos intentando construir con esta carrera.

¿Pero podría eventualmente surgir un estilo patagónico?

Síí, ¡podría! Porque la Arquitectura como concepción, como objeto, si es con mayúscula, el arquitecto tiene que representar el momento histórico, la tecnología y la cultura en la que se inserta. Son tres patas que tiene un buen proyecto de arquitectura. Por lo tanto aspiramos a que nuestros alumnos se caractericen por esa construcción.

¿Los alumnos van a necesitar invertir mucho dinero en adquisiciones tecnológicas?

En primer año no van a trabajar con ningún tipo de programa de software, no van a trabajar en computadora en lo que es el área de Proyectos. Podrán usar las computadoras que tienen en las áreas de Historia, Teoría, Matemática, porque la tecnología la tenemos que incluir porque ellos, como generación de digitales, son más proclives a trabajar con la tecnología que a hacerlo con una lapicera, un libro y un cuaderno.

En el área proyectual van a trabajar a mano: papel y lápiz en primer año porque lo que nosotros sabemos es que la tecnología se puede convertir en el proyecto, no en un instrumento sino como en el objeto que les obliga a hacer a ellos cosas que no quieren por no dominar el instrumento. Entonces primero tienen que dominar la construcción de la idea y entonces ese proceso cabeza-mano y poderlo dibujar con el lápiz para después, aprendidos los lenguajes específicos de la arquitectura puedan pasarlo y dominar el instrumento. Hay una materia que se llama Representación Digital, que no es de primer año sino de segundo.

El primer año va a ser de transición (aunque) si bien nosotros decimos que el colegio secundario se acabó en diciembre de 2017 y entran a la universidad y por lo tanto son adultos y los tratamos como tales -porque nuestro sistema es andragógico y no pedagógico- porque son adultos, entendemos que es muy complicado darles el instrumento sin haber hecho un proceso de síntesis entre la idea y la forma de representar esas ideas. Entonces lo más fácil y lo más accesible -y para unificar- es el papel y el lápiz. O sea que van a trabajar con los mismos instrumentos que trabajaban en el colegio: lápices, papeles, microfibras, escuadras, escalímetros y después pasarán al instrumento digital.

Puesto que es una carrera nueva y ya no desde el punto de vista del alumno, ¿qué les gustaría mostrar como universidad dentro de cinco o diez años en relación a la carrera?

Creo que lo fundamental dentro de diez años es que hayamos construido profesionales que sean sensibles a los lugares donde trabajan y donde viven. Por eso no es moda y no estamos haciendo un arquitecto de tendencias porque el arquitecto de tendencias… -hay diez en el mundo- ¡y ojalá alguno de los nuestros llegue! pero va a llegar por tener una concepción del territorio y de la construcción de esa arquitectura y de lo que significa para la sociedad más que por el objeto en si. Va a llegar por el mensaje, por lo que significa esa arquitectura en determinado lugar, no por la imagen que es lo que predominó durante estos últimos 30 años en la era de la globalización, de la primacía de la imagen. Lo que nos interesa es que sea un arquitecto comprometido con su territorio, con su sociedad porque lo que significa una universidad en un territorio nuevo es la posibilidad de hacer transformaciones sociales para el progreso.

Curso introductorio y cupo

La carrera tendrá un cupo de 80 estudiantes, por lo cual los ingresantes deberán realizar un curso intensivo para poder acceder al orden de mérito. Se desarrollará del 14 al 27 de febrero, debiendo el alumno cumplir con los requisitos de las cursadas, es decir, 80 por ciento de asistencia, 100 por ciento de entrega de los trabajos prácticos, 80 por ciento de los trabajos prácticos aprobados y dos evaluaciones aprobadas.

Ver los requisitos de documentación y administrativos en la página web de la UNRN

Arquitecta y doctora en Espacio Ambiental

María Andrea Tapia (53) es argentina pero más de diez años de residencia en Europa han convertido al suyo en un idioma español de acento internacional, que cuesta asociarlo al rioplatense, más familiar a nuestros oídos.

Se recibió de arquitecta en la Universidad Nacional de La Plata, ciudad donde se crió, y obtuvo su primer título de maestra superior de Artes en el Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP.

Tras emigrar a Italia en 2002, en la Universidad de Sassari, Cerdeña, obtuvo en 2009 su doctorado en Proyecto del Espacio Ambiental.

Más de diez años después regresó al país y se integró al equipo directivo y docente del proyecto de la Universidad Nacional de Río Negro.

Andrea Tapia reside en Roca durante todo el ciclo lectivo.


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